El Banco Central realizará entre este miércoles y jueves la que podría ser la última licitación de la serie 2 del BOPREAL. Se trata del bono para importadores que forma parte de la estrategia oficial para encarrilar el elevado stock de deuda comercial y, al mismo tiempo, aspirar pesos a través la dolarización de parte de los pasivos remunerados. En el equipo económico apuntan a colocar el remanente de u$s560 millones de esta segunda serie y, así, agotar los u$s2.000 millones previstos para esta etapa. Una vez completada, se lanzará la tercera con un tope de u$s3.000 millones.

En los últimos días, empezó a cotizar la serie 2 en el mercado secundario. Este lunes, por caso, se operaron u$s500.000. Desde la firma Cohen, destacaron que se negoció a un precio de u$s87, “bastante por encima de nuestras expectativas”. “A este precio, es posible comprar dólares a $1.130 a través de la suscripción del BCRA (3,1% por debajo del CCL)”, estimaron. Con todo, se espera que haya una tendencia más clara a partir de este jueves, cuando se liquide la segunda licitación (en la que se colocaron u$s1.170 millones) e ingrese algo más de volumen al mercado.

¿Qué indica este precio, superior al de la serie 1 y al de los bonos en dólares emitidos por el Tesoro? Distintas fuentes consideraron que las empresas importadoras y el mercado valoran el acceso a divisas a un plazo mucho más corto que en la primera serie y asignan un menor riesgo al hecho de que el deudor sea el BCRA (en lugar del fisco), es decir, prevén que recibirá el flujo de dólares necesario para afrontarlo.

La serie 2, como todos los BOPREAL, se suscriben con pesos y están nominados en dólares. En este caso, no paga intereses, pero se amortiza en 12 cuotas mensuales entre julio de 2024 y junio de 2025. A diferencia de la serie 1 (que expira en 2027), la segunda (al ser un título más corto) no tiene como endulzante la posibilidad de utilizarse para pagar impuestos. Es decir, es netamente un título en dólares.

Diferencias entre las series 1 y 2 de BOPREAL

Salvador Vitelli, head of research de Romano Group, lo analizó así: “Son completamente distintos. La serie 1 tiene la opcionalidad de usarse para el pago de impuestos, el rescate anticipado (en pesos). AFIP lo va a tomar para el pago de impuestos al mayor valor entre dólar oficial y MEP, o sea, probablemente va a ir al MEP. La serie 2 funciona como un bono hard dólar emitido por el BCRA que comienza a amortizar en julio, dentro de poco, y vence en junio del año que viene. Cotizan de manera distinta porque el mercado lo ve a la serie 2 como una suerte de bono corporativo, rindiendo 20% anual si tomamos la cotización a 85 centavos para el cable”.

“Es decir, se lo ve como de menor riesgo que un bono soberano en dólares que, si bien no tenemos ninguno con una duration tan corta, basta mirar las cotizaciones del AL29 o el AL30 para notar una gran divergencia. El mercado estima que el riesgo Banco Central es bastante menor que el riesgo soberano y, por ende, lo termina valuando a cotizaciones más altas y muestra un rendimiento menor”, agregó Vitelli. Por caso, el AL30 ronda los u$s45.

El BOPREAL serie 1 cotiza a alrededor de u$s65 contra cable, es decir, considerablemente por encima de los Globales y Bonares pero bien por debajo de la serie 2. Respecto de la primera, la consultora 1816 sostuvo que “el mercado claramente asigna valor al crédito (que sea riesgo BCRA en lugar de riesgo Tesoro) y al hecho de que puede usarse hasta el 70% del valor nominal del bono para cancelar obligaciones impositivas en Pesos al dólar MEP (o sea, que el repago de buena parte del bono no requiere divisas)”.

Previo a su salida al mercado, 1816 señalaba que, si la serie 2 (por sus características) cotizara cómodamente por encima de los u$s80, se podría afirmar que “al menos a 16 meses vista, el mercado valora el crédito BCRA más como un provincial o un corporativo que como un soberano”.

La firma Schroders elaboró un informe para sus clientes respecto de la potencialidad de la segunda serie del BOPREAL: “Dado que el cashflow del bono es en dólares, quienes vayan a la licitación primaria están recibiendo como premio la brecha entre el dólar Contado con Liquidación y el tipo de cambio oficial más el impuesto mencionado (por lo tanto, cuanto mayor es la brecha, mayor es el premio directo y más atractiva la suscripción primaria)”.

Además, consideró que para quienes lo operen en el mercado secundario también puede resultar una alternativa de inversión atractiva ya que al ser un bono de corta duration “el mercado lo percibirá como un bono con baja probabilidad default relativo a los demás Globales y Bonares”. Y agregó: “Si ese es el caso, cotizaría a una paridad sustancialmente superior, pero ofreciendo rendimientos elevados relativo a la región u otros instrumentos locales”.

BOPREAL: la estrategia oficial

La expectativa es que esta semana se agoten los u$s560 millones remanentes de la serie 2. De ser así, la próxima semana se abriría la subasta de la serie 3. Esta tercera variante tendrá vencimiento en mayo de 2026, se pagará en tres cuotas trimestrales desde noviembre de 2025, rendirá una tasa en dólares del 3% anual y tampoco tendrá el endulzante de poder usarse para el pago de impuestos. Algunas fuentes señalan que podría resultar la menos atractiva para el mercado.

Con todo, en el BCRA apuntan a completar un monto total de u$s10.000 millones entre las tres series del bono. Consideran que, de conseguirse, se habrá “ordenado” la mayor parte del exceso de deuda comercial por sobre los niveles habituales que se acumuló el año pasado ante la escasez de reservas. A ese monto hay que sumarles los alrededor de u$s1.200 millones a los que acceden en tres cuotas las mipymes con deudas comerciales menores a u$s500.000 directamente a través del MULC.

El BOPREAL es una herramienta que juega a varias bandas en la estrategia del gobierno de Javier Milei para “secar” la plaza de pesos, canalizar la deuda por importaciones y dolarizar una porción de los pasivos remunerados del Central. Todo ello en función avanzar en el plazo más corto posible hacia el levantamiento del cepo y, según las declaraciones del propio Presidente, de crear el marco para avanzar hacia un nuevo régimen monetario, como la tan mentada y cuestionada dolarización.

De hecho, desde enero, el exministro de Economía Martín Guzmán señala al BOPREAL como un primer paso del Gobierno en busca de dolarizar la economía. «Es un conjunto de operaciones para convertir el pasivo remunerado del Banco Central en pesos en un pasivo en dólares», sostiene. Asimismo, advierte que se trata de una estrategia riesgosa porque el BCRA no emite esa moneda. Además, tanto él como casi toda la oposición y economistas de distintas vertientes alertan que una eventual dolarización sería un condicionante prácticamente irreversible para las posibilidades de desarrollo económico de Argentina.

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