Periodista: ¿Cómo está viendo el escenario económico?

Claudio Cesario: Los indicadores de actividad muestran que hay una recesión importante en un montón de actividades. Ahora, esto no es en general, pero hay sectores como energía, minería y el agro que están tirando. En cambio, hay caídas en la construcción. O sea, depende del sector.

P.: ¿Y cómo evalúa los resultados en materia de inflación?

C.C.: Empezamos en enero con inflación cercana al 30% y hoy estamos en un nivel que pareciera, según las principales consultoras, va a estar entre el 4 y el 6%. Eliminar la inflación es la madre de todas las batallas de la Argentina. Hoy objetivamente estamos mejor, al margen de la recesión o la caída de actividad y el empleo. En algún momento espero que todas estas variables malas empiecen a recuperarse y que sea en el futuro inmediato.

Desde el Gobierno atacaron los problemas macro que hacen que la gente, si le baja la inflación, empiece a pensar, ¿y ahora qué hacemos? Lo que debiéramos hacer es trabajar todos juntos para establecer algún camino virtuoso que genere desarrollo sustentable, que genere empleo. Con el aumento del empleo baja la pobreza, generas mejor educación y se reduce la inflación al mismo tiempo.

En algún momento éramos casi investment grade. El 80% de los países que hacen el producto de la región son investment grade. Entonces, el costo del capital es mucho más caro para un argentino o una empresa argentina que para un peruano, brasileño, colombiano o mexicano. Y eso afecta, en términos de competitividad, a los individuos y a las empresas.

P.: ¿Cómo está la situación del sistema financiero?

C.C.: En diciembre del año pasado pedíamos que se eliminen las tasas mínimas del pasivo y las máximas del activo, los créditos subsidiados a determinados sectores con franquicia del Banco Central que generaban un costo cuasi fiscal. Y ahora se fue eliminando, ahora es opcional. Eliminaron todas las restricciones, o la mayoría de las restricciones operativas para el comercio exterior. Les permitieron a los accionistas de los bancos el pago de dividendos, con lo cual el accionista local y del exterior puede recibir sus dividendos. Le pedimos, y lo están haciendo, que se eliminen todas las diferencias competitivas con la Fintech. Es decir, el QR sea 100% interoperable. Esto es, que puedas pagar desde tu billetera con cualquier tarjeta de crédito y no solo con las que pertenecen a la que tiene la posición dominante. Se está trabajando, se está haciendo y va a ser una realidad en los próximos 10 a 20 días.

P: ¿Qué restaría que elimine el Central?

C.C.: Algo que podría ayudar es que el financiamiento al agro no esté limitado. Hoy si el productor tiene un acopio de más del 5% del cultivo, se le presta con una sobretasa, más caro. Esto todavía está vigente en el entendimiento que, si no lo financias, van a liquidar la cosecha. Para mí es un error.

P.: ¿Cómo se puede abaratar el crédito?

C.C.: Hay un reclamo que las asociaciones de bancos venimos haciendo

desde hace tiempo. Sé que no es el momento porque “no hay plata”, pero si el que toma un crédito es una persona física, humana, como se le dicen ahora, sobre la cuota de interés que paga el costo financiero total, tiene un componente de aproximadamente un 50% de impuestos nacionales, provinciales y tasa de inspección de seguridad de higiene. Entonces, ¿cómo podríamos hacer más barato el crédito a la gente? Y, sacándole todos los impuestos.

P.: ¿Qué respuesta tuvo el lanzamiento de las líneas de créditos hipotecarios?

C.C.: Hay mucho interés en el crédito hipotecario porque la herramienta ajustable UVA, es decir ajuste por inflación, demostró que funciona. Es cierto que cuando la inflación sube, aumenta la cuota, pero dado que el activo que compra, su casa, se va valorizando, también a la postre le sale igual o más barato que seguir pagando un alquiler y es algo que es suyo.

A menos de un mes que salieron los créditos hipotecarios UVA nuevamente y que los bancos se lanzaron, ya son aproximadamente entre 10 y 15 los bancos nacionales, internacionales y públicos que tienen bajo análisis. en promedio, de 10.000 a 15.000 solicitudes por entidad.

El interés está y es un instrumento que funciona, que ha funcionado en todo el mundo. Es muy similar a la unidad de fomento de Chile que se lanzó a principios de los 80 y empezó a tener auge y mayor volumen a partir de los 90. Y hoy Chile no piensa operaciones de compra y venta de inmuebles en otra cosa que no sean unidades de fomento.

P.: Es que la baja inflación ayudará a la toma de créditos…

C.C.: La baja de inflación, establecer reglas, no cambiarlas, y tener como meta eliminar o erradicar el déficit fiscal y cuasi fiscal de la Argentina, lo traduzco en generar confianza. Y la confianza permite bajar el costo del capital y que el empresario, el emprendedor o las personas en general se decidan a tomar un crédito.

P.: Hubo quienes vincularon la suba dólar de los últimos días con la baja de la tasa de interés. ¿Usted coincide con este diagnóstico?

CC.: No. Hay un montón de factores que conforman el precio del dólar. Y mucho de eso también es la economía informal que tiene Argentina. Si está bajando la inflación, ¿qué relación tiene que el dólar fluctúe? Y bueno, depende de factores que yo no los veo muy ligados a la baja de la tasa de los depósitos.

P.: ¿Hubo retiro de depósitos a raíz de la baja de la tasa?

C.C.: Para nada.

P.: ¿Y cómo se comportaron los depósitos en dólares?

C.C.: Han aumentado mucho los depósitos en dólares. Y también hubo mucho aumento de la demanda y el otorgamiento de créditos en moneda extranjera, porque la tasa es más barata.

P.: ¿Qué opina del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI)?

C.C.: Si hubiéramos sido un país serio, el RIGI no tendría razón de ser. Los capitales vendrían solos, se irían solos, cobrarían los dividendos y todos estarían felices y contentos. El problema de Argentina es su falta de credibilidad. En algún momento tenemos que pensar cómo hacemos para que las inversiones de gran calado lleguen a la Argentina. Entonces, generemos las condiciones para que se den las grandes inversiones que el país necesita.

P.: ¿Y qué opinión le merece la reforma laboral propuesta por el Gobierno?

C.C.: Habrá que ver cómo queda en el Congreso, pero para mí se queda corta. Al proyecto de ley laboral lo atacan por el lado de la precarización del trabajo, cuando en realidad lo que no están viendo es que hace más de 12 años que cae el empleo formal registrado en la Argentina. Si alguna vez queremos que el ANSES pague jubilaciones dignas, lo que tenemos que hacer es ampliar el colectivo de los que están en blanco, formalizados.

P.: ¿Lo sindicatos entienden los cambios que se están dando, particularmente por el progreso tecnológico?

C.C.: Lo primero que tenemos que entender es que el mundo cambió. La tecnología nos pasó por arriba a todos, les pasó por arriba a los dueños de los bancos de la misma manera que los pasó a los usuarios y a los empleados de los bancos. Este es un camino que tenemos que recorrer idealmente juntos, contra la realidad no vamos a poder luchar. El mundo es más tecnológico y la gente no quiere ir a una sucursal bancaria porque no quiere perder tiempo. Y por más que el dueño del banco y el sindicalista lo quieran evitar, no lo vamos a poder evitar. Por eso tenemos que ir a un mundo más flexible, más de cara al cliente y tratando de satisfacer las necesidades. ¿Por qué? Porque eso genera que se pueda mantener el empleo y que al banco le vaya bien. Si no lo logramos, no va a haber ni bancos ni empleados bancarios.

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