Recesión

Los analistas del IIF explican que el creciente riesgo de recesión global pesa sobre los flujos de los mercados emergentes a medida que aumenta la ansiedad por los eventos geopolíticos, las condiciones monetarias más estrictas y los inflación. “La continua volatilidad en los mercados de valores ha afectado considerablemente las perspectivas”, sentencia Jonathan Fortun, economista del IIF.

Con una dinámica similar a la de mayo pasado, los datos de alta frecuencia registraron importantes salidas de acciones de mercados emergentes (excluyendo a China) por u$s19.600 millones. Sin embargo, al contrario de esta tendencia, el rastreador del IIF mostró entradas de acciones de China por u$s9.100 millones.

Todo lo contrario ocurrió por el lado de la renta fija ya que la deuda de mercados emergentes (sin China) mostró entradas por u$s9.100 millones, gracias principalmente por el resistente interés en los bonos corporativos. Por su parte la deuda de China mostró salidas netas por u$s2.500 millones.

La lectura que hacen desde el IIF es que el mercado global está en un shock de tasa de interés global y alta inflación. Lo que se está dando es que los rendimientos de los bonos públicos de más largo plazo aumentaron considerablemente en las economías avanzadas, lo que endurecido las condiciones financieras, lastrando el crecimiento y aumentando la aversión al riesgo. Este mecanismo está pesando sobre los flujos hacia los mercados emergentes.

Devaluación

Al respecto el IIF ve que el actual episodio de salida de capitales es similar en escala al susto de la devaluación del yuan en 2015 y 2016. Cabe recordar que en aquellos años recrudecieron las amenazas de una guerra de divisas entre la administración del estadounidense Barack Obama y la de su par asiático Xi Jinping tras la devaluación que implementó el Banco Popular de China (BPC) que llevó la paridad a más de 6,33 yuanes por dólar.

Algo similar ocurrió posteriormente en la administración de Donald Trump con sus represalias comerciales que desataron otro evento parecido en 2018 que terminó con otra huida de los inversores extranjeros de los mercados desarrollados, sobre todo, de China en esas oportunidades. Lo cierto es que ambos eventos el flujo de capitales de no residentes se derrumbó a niveles irrelevantes.

En cuanto a lo que cabe esperar de acá en adelante, por lo menos para los próximos meses, vale señalar que varios factores influirán en la dinámica de los flujos, entre ellos, el momento del pico de inflación y las perspectivas de la economía china. Sin embargo, a pesar de las lecturas recientes, el IIF sigue siendo optimista en virtud de que la mayoría de los grandes mercados emergentes ya comenzaron a subir mucho antes que las economías avanzadas, lo que ahora deja las tasas de interés reales a largo plazo en muchos mercados emergentes muy por encima de sus contrapartes del G10. “Eso brinda cierta protección contra el actual shock de la tasa de interés mundial. Pero obviamente hay puntos débiles en los mercados emergentes, donde las tasas de interés reales son profundamente negativas, y los riesgos para estos países aumentan rápidamente”, advierte Fortun. Esto último es una llamada de atención, fundamentalmente, para casos como el argentino.

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