Julio Roque Calcagnino, analista de mercados en TSA Bursátil, consideró que el resultado de la licitación del miércoles, si bien fue bueno, estuvo influido por el accionar el Banco Central. Señaló que, por un lado, el BCRA aprobó la subasta de opciones de venta sobre títulos del Tesoro al sector financiero, lo que permite adquirir cobertura contra la variación de precios y ganar previsibilidad. Por el otro, redujo a 90 días los plazos mínimos de los títulos para integración de encajes. A la vez, ratificó que continuará participando en el mercado secundario para reducir la volatilidad de los títulos públicos.

“Esto podría haber inducido artificialmente la demanda de parte del sector bancario de los instrumentos que subastó el Tesoro, mejorando su capacidad de captación de pesos. Sin embargo, el gobierno aún enfrenta el desafío de recuperar la demanda de otros actores, tal y como las tesorerías corporativas, de cara a la próxima licitación, donde enfrentará vencimientos a fin de mes, principalmente en manos del sector privado”, sostuvo.

Fernando Baer, economista en Quantum Finanzas señaló que “entre julio y diciembre vencen alrededor de $3,7 billones de deuda, en vencimientos de capital” y casi un cuarto del total lo hace en septiembre. En este sentido, consideró: “El mayor desafío es lograr que el sector privado vuelva a encontrar atractivo para mantener esa deuda en sus portafolios, esto es, disipar el temor al reperfilamiento, algo que podría haberse reducido con el mecanismo diseñado con el BCRA, y lograr nuevamente estabilizar el tipo de cambio. Con tasas de interés más elevadas que las actuales inicialmente. Pero el escenario es complejo. Es cierto que una porción importante está en manos del propio sector público y el BCRA. Pero en este escenario seducir al sector privado que tiene como alternativas ir a tipo de cambio, no será fácil”.

Por su parte, Matías de Luca, economista en LCG, advirtió que la licitación del miércoles fue marginal y que las expectativas están puestas sobre cómo resultan las licitaciones por vencimientos mayores. “Los tenedores que no querían más exposición al Tesoro ya se deshicieron de sus bonos. Los que quedan, puede esperarse que sigan participando de las licitaciones. La incógnita será si el gobierno logra hacerse del financiamiento necesario hasta fin de año, considerando el contexto de mayor riesgo y que el BCRA compró una buena porción de la deuda en pesos, restándole participación al sector privado”, planteó.

Asimismo, De Luca subrayó que “los dólares financieros responden a múltiples variables, como la capacidad de financiamiento en el mercado y no emitir, la posición de reservas, etcétera, pero la licitación del miércoles fue marginal y no movió la aguja”.

En relación a la deuda en moneda local y las proyecciones de los dólares financieros, Lautaro Losada, economista en BAVSA, consideró que “los títulos en pesos se estabilizaron”, en primer lugar, por la cantidad emitida por el Central para darle liquidez y sostener la curva en pesos. Así, “el mercado entendió que el BCRA iba a hacer lo necesario para mantenerlo, lo que generó ciertos efectos positivos que se vieron reflejados en la licitación, aunque fue chica y la mayoría de los vencimientos estaban en manos de bancos”.

Y señaló que el salto de los dólares financieros puede ser un factor que, paradójicamente, contribuya a renovar la deuda en pesos: “La suba del 50% del CCL y del MEP, también favorece a hacer unos meses de tasa en pesos, ya que muchos pueden sentirse más cómodos haciendo carry trade con un cable a $300, que uno planchado a $210. Es un punto que creo que ayudó a los títulos en pesos”.

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