Emiliano Anselmi, de Portfolio Personal Inversiones, señaló: “Desde el 31 de diciembre los contratos más cortos, donde hay más presencia del BCRA, no tienen cambios notorios, incluso se evidencian recortes entre 1 y 2 puntos porcentuales. A partir de julio comienzan a verse implícitas muy por encima, lo que refleja que algunos inversores empiezan a descontar una apertura del cepo cambiario en diciembre. Sin embargo, hay que tomarlo con recaudo porque son contratos con poco volumen”.

Ezequiel Ferrando, de Mariva Asset Management, destacó que los niveles de los futuros de Rofex están en línea con el rendimiento de los activos soberanos en pesos y que el interés abierto de los contratos más largos es muy bajo respecto de otros momentos de mayor presión sobre el tipo de cambio. “Algunas reflexiones que se desprenden de esta condición de mercado, podrían ser que la cobertura de Rofex está barata; que las expectativas de devaluación se encuentran por debajo de los niveles de inflación esperados; y/o que los niveles de rendimiento de los activos soberanos incorporan una prima de riesgo alta muy por encima del resto de las tasas de la economía. Post elecciones, las expectativas de devaluación se acrecientan, aunque esta expectativa se ve mucho más clara en los activos corporativos dólar linked”, planteó.

En lo que va de febrero, el Banco Central aceleró la depreciación del tipo de cambio oficial a un ritmo mensual del 5,9%, ante mayores presiones inflacionarias. Así, luego de que en enero el crawling peg quedara por debajo de la suba de precios por primera vez desde septiembre, la autoridad monetaria mantuvo el deslizamiento cambiario en línea con las expectativas de inflación. Andrés Reschini, analista en F2 Soluciones Financieras, señaló: “Los futuros esperarían una devaluación mayor a la inflación. Sin embargo, es clave lo que pase con las principales monedas con las que tenemos intercambio comercial y con el IPC. Aunque el IPC este mostrando señales de aceleración, dado que en lo que va del año el peso se devaluó respecto de las demás monedas en cuestión, el BCRA tiene más lugar para atrasar algo el tipo de cambio vs el IPC y aun así elevar el tipo de cambio real multilateral”.

Por otro lado, los montos operados en esos contratos son bajos. Actualmente, el interés abierto, que refleja el total de contratos en el mercado, se ubica en u$s3.067 millones, similar a los niveles de enero y diciembre pasados, y lejos de sus máximos en 2022 de u$s9.678 millones. Sobre este punto, Reschini consideró que “el bajo monto responde al alto nivel de restricciones que hace que cada vez menor porción de la economía quede anclada al dólar oficial y, por lo tanto, los que quedan afuera pierden interés por cobertura de un tipo de cambio al que no pueden acceder”.

Ferrando coincidió en la perdida de referencia del oficial como tipo de cambio de la economía, aunque advirtió: “A medida que nos acerquemos a las elecciones, la presión sobre el tipo de cambio y los flujos hacia este tipo de activos, crecerá de manera acelerada”. Sin embargo, el BCRA cuanta con poder de fuego para intervenir en el mercado en caso de que lo considere necesario, dada la baja posición vendida que tiene actualmente contra los límites de intervención impuestos por el FMI: u$s5.000 millones en Rofex y u$s4.000 millones en MAE.

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