Como es tradición ya desde hace tres décadas, los gestores de las reservas de los principales bancos centrales del mundo se reúnen en los Alpes suizos para debatir la coyuntura y las perspectivas globales. En esta especie de retiro espiritual, los gestores no solo analizan lo que está pasando y puede pasar, sino también aprovechan para “intercambiar figuritas” sobre cómo están administrando las reservas internacionales y las tendencias recientes en la gestión de reservas. El anfitrión es la Unión de Bancos Suizos (UBS) en el exclusivo Wolfsberg, y según un sondeo de la gestora de UBS los administradores de las reservas de la banca central continúan diversificando las tenencias a pesar de la volatilidad del mercado, a la vez que reconocen que tanto la geopolítica como el aumento de la deuda pública están empezando a tener un impacto.
Para tener una idea de quiénes van solo basta con mencionar que fueron de la partida, entre los disertantes, Axel Weber (ex Presidente de UBS), Jacob Frenkel (ex Gobernador del Banco de Israel), Barry Eichengreen (Universidad de Berkeley, Partha Dasgupta (Universidad de Cambridge), Paul Donovan (Economista Jefe Global de UBS), Manoj Pradhan (Talking Heads Macroeconomics) y Tao Wang (Economista Jefe de UBS China).
Optimismo por un aterrizaje suave
Según cuentan Massimiliano Castelli y Philipp Salman, ambos directores de UBS, los gestores de reservas se mostraron optimistas respecto a las perspectivas económicas y financieras. La encuesta realizada previamente al evento mostró que dos tercios de los encuestados consideran que el escenario más probable es un aterrizaje suave, y solo el 11% cree que Estados Unidos sufrirá una recesión. La mayoría (71%) espera que la inflación minorista estadounidense alcance entre el 2% y el 3% para mediados del 2025, y esperan que las tasas de interés de la Reserva Federal (Fed) se sitúen entre el 3% y el 4%.
También hubo optimismo sobre la capacidad de los bancos centrales para controlar la inflación sin causar demasiado dolor al crecimiento. “Después de la pausa de 2021-23, cuando el aumento de la inflación y las tasas de interés impactaron las carteras de los administradores de reservas y una correlación positiva entre acciones y bonos cuestionó las ideas detrás de la diversificación de la cartera, la tendencia hacia una mayor diversificación de las reservas se reanudó en 2024”, explican los directores del UBS.
Según la encuesta, las mayores rentabilidades esperadas en renta fija hacen que esta clase de activos sea la más atractiva en este momento. A diferencia del régimen anterior, caracterizado por la flexibilización cuantitativa (QE) y los bajos rendimientos, los gestores de reservas están en mejor posición para cumplir su principal objetivo de inversión que es la protección del capital invirtiendo en los mercados de renta fija. “Sin embargo, han aprendido los beneficios de la diversificación y todavía existe un apetito por la renta variable cotizada. A largo plazo, una cartera bien diversificada en los mercados públicos sigue considerándose la estrategia de inversión más resistente”, señalan.
Preocupación creciente por la geopolítica
Pero el optimismo sobre las perspectivas económicas y financieras contrasta con la creciente preocupación por la geopolítica: el mayor riesgo sigue siendo una mayor escalada de los conflictos. Casi todos los encuestados creen que el mundo se encamina hacia una mayor fragmentación y un sistema multipolar. La mitad de los encuestados cree que el conflicto entre Rusia y Ucrania terminará recién después de 2026, pero la gran mayoría cree que no habrá una confrontación directa entre la OTAN y Rusia en los próximos cinco años.
Además, las elecciones francesas han sido una fuente de volatilidad en los mercados de bonos europeos y aumentan las preocupaciones sobre las próximas elecciones presidenciales estadounidenses. La mayoría de los encuestados esperan que una victoria de Donald Trump conduzca a más enfrentamientos geopolíticos, con un mayor deterioro de las relaciones con China, un debilitamiento de la OTAN y un aumento del proteccionismo global. En el frente económico, se espera que una victoria de Trump conduzca a tasas de interés más bajas, niveles de déficit público más altos y precios de las acciones más altos, pero también tasas de inflación más altas en comparación con una victoria demócrata, de acuerdo al sondeo de UBS.
La insostenibilidad de la deuda pública es una preocupación creciente ya que su aumento ejercerá presión sobre los bancos centrales en lo que respecta a la política monetaria. “Hasta ahora, la demanda de bonos gubernamentales por parte de los bancos centrales sigue siendo fuerte, y en particular de bonos del Tesoro de EE.UU., dadas las altas rentabilidades esperadas. Pero si las tasas de interés a largo plazo suben a medida que aumentan las primas de riesgo y la volatilidad aumenta, la demanda podría desacelerarse y la liquidez podría contraerse”, advierten. Por ello creen que es probable que las elecciones presidenciales de EE.UU. sean una fuente de volatilidad, ya que ni los demócratas ni los republicanos parecen estar demasiado preocupados por el aumento de los niveles de deuda pública.
Resucita el oro por las tendencias geopolíticas
Según Castelli y Salman la creciente demanda de oro también está vinculada a las crecientes preocupaciones geopolíticas, ya que los administradores de reservas están buscando coberturas macroeconómicas y diversificadores que les ofrezcan un mayor control. “Un tercio de los administradores de reservas están preocupados por la militarización de las reservas de divisas. La decisión política de utilizar los beneficios de los activos congelados del Banco Central de Rusia para financiar a Ucrania aumenta el riesgo de que las reservas de divisas ya no se consideren un refugio seguro. Por lo tanto, el oro, un activo que los bancos centrales tienen en gran medida por razones históricas vinculadas a la época en que era un pilar del sistema financiero mundial, está siendo resucitado por las tendencias geopolíticas. Se espera que la geopolítica siga siendo un factor clave de la asignación de oro por parte de los bancos centrales en el futuro”, sostienen.
Otro tema mencionado fue el uso de las reservas como arma que podría llevar a una reducción del papel del dólar en el sistema financiero global. Pero, según la encuesta, el dólar sigue siendo demandado y no hay signos visibles de un debilitamiento de su posición dominante en las reservas de divisas. “Casi la mitad de los encuestados cree que el cambio hacia un sistema multipolar no afectará al predominio del dólar en la arquitectura financiera mundial. Las asignaciones al renminbi se estancaron en 2023-24 y la asignación prevista media a largo plazo a la moneda china se redujo a alrededor del 5%. En cuanto a las asignaciones de divisas futuras, el euro parece tener más demanda, seguido del dólar, el renminbi y el yen. Sin embargo, los acontecimientos políticos en Francia y la volatilidad en el mercado de bonos en euros podrían mermar el impulso positivo de la moneda europea (el 43% piensa que la diversificación de divisas seguirá centrada en el dólar mientras que el 26% cree que se avanzará hacia una configuración multipolar menos centrada en el dólar).
La asignación estratégica de activos de los bancos centrales
El 65% de los participantes ha modificado su asignación estratégica de activos en los últimos 12 meses, además el 22 % de los bancos centrales planean aumentar la renta variable pasiva en su cartera en términos netos durante el próximo año. La tendencia mundial hacia la inversión verde se está acelerando y los bonos verdes están alcanzando niveles récord en lo que respecta a las clases de activos mencionadas con mayor frecuencia que los administradores de reservas planean aumentar el próximo año.
Además de eso, existe un fuerte interés en instrumentos de renta fija más conservadores, incluidos los supranacionales y los eurobonos soberanos. Esta tendencia hacia instrumentos de renta fija conservadores también se refleja en la respuesta a la pregunta de qué clase de activo podría rendir mejor en términos ajustados al riesgo durante los próximos 5 años: la gran mayoría (70%) considera que los bonos gubernamentales son los ganadores, seguidos de las acciones de mercados desarrollados (42%) y el oro (33%).
La tendencia hacia las coberturas contra la inflación continúa, y los participantes de la encuesta volvieron a señalar un fuerte interés por el oro y los bonos protegidos contra la inflación para el año que viene. El 19% de los participantes indicó que ahora considera invertir en clases de activos ilíquidos (infraestructura y bienes raíces) para mejorar los rendimientos. El 15% de los participantes afirmó que planean aumentar la proporción de reservas de oro que tienen en el país. La libra esterlina fue la moneda más frecuentemente mencionada entre los participantes que había reducido en términos netos durante el año anterior. En lo que respecta al año que viene, los bancos centrales están planeando aumentar aún más sus posiciones en euros y yuanes.