A días del primer debate presidencial entre Joe Biden y el retador Donald Trump las tensiones geopolíticas y comerciales entre EEUU y China vuelven a salpicar la campaña electoral. Por lo que dadas las posturas extremas de cada candidato este tema tiene chances potenciales de influir en los potenciales resultados de las elecciones. ¿Cuáles serían las implicancias para la economía global y los mercados?
En primer término, hay que tener presente que ambos candidatos consideran que la política industrial de China es injusta y perjudicial para los trabajadores estadounidenses y coinciden en que ha vaciado de contenido la industria manufacturera estadounidense.
Al respecto, el presidente Biden decidió a mediados de mes aumentar los aranceles a las importaciones de productos de China por un valor de 18.000 millones de dólares, mientras que Trump ya expresó su intención de establecer un arancel universal que podría partir del 10%, aunque planea elevarlo en el caso de China hasta un 60%.
Para Mali Chivakul, economista del banco suizo J. Safra Sarasin, ambos candidatos están preocupados por la amenaza que supone China para la seguridad nacional pero matiza que sus estrategias políticas son diferentes: la propuesta de Trump es unilateral, más contundente y amplia, y prioriza abordar la problemática de la industria manufacturera estadounidense, en cambio, Biden se centra en una lista, cada vez mayor, de tecnologías y recaba el apoyo de socios de todo el mundo, ya que se inclina más por ocuparse de los problemas de seguridad nacional.
Recuerda que Trump, cuando fue presidente, recurrió a imponer aranceles sobre un amplio conjunto de bienes y a un acuerdo comercial con China para corregir el tamaño de los déficits comerciales bilaterales. Además, en su última campaña prometió aranceles más altos y también sugirió que revocaría el estatus de relaciones comerciales normales permanentes (PNTR, por sus siglas en inglés) de China, lo que implicaría que China quedaría relegada a un grupo de países sujetos a aranceles más elevados (junto a Corea del Norte, Cuba, Rusia y Bielorrusia. Por lo que sin el estatus PNTR, los productos chinos se enfrentarían a aranceles de hasta el 60%.
Según la visión de Chivakul, Trump también prohibiría las importaciones chinas con una propuesta de plan cuatrienal para eliminar progresivamente todas las importaciones chinas de bienes esenciales, mientras que Biden pretende reducir los riesgos y aplicar una política industrial a los sectores importantes por motivos de seguridad nacional, lo que afectaría a industrias clave como las energías limpias, las infraestructuras digitales y las biotecnologías avanzadas, que deben ser protegidas y ampliadas en EEUU y con socios de todo el mundo.
Otra cosa que hizo Biden fue limitar la inversión exterior estadounidense en determinados sectores tecnológicos en China e introducir prioridades de seguridad nacional en el Comité de Inversiones Extranjeras en EEUU, de modo que sus medidas, a diferencia de las de Trump, no son unilaterales.
Está claro que ambos líderes políticos buscan con sus medidas proteger la producción nacional, aunque las restricciones sobre China tienen otros efectos que a menudo no son tenidos en cuenta, como el hecho de que los bienes con aranceles se han visto claramente perjudicados por las desviaciones del comercio, ya que Estados Unidos ha importado más del resto del mundo, advierte la economista del banco suizo.
Ahora bien, si bien la amenaza de revocación del estatus PNTR es algo probable cuál sería el impacto para Chivakul: un arancel del 60% y la prohibición de las importaciones sería claramente un golpe para China, pero un aumento de los aranceles y la incertidumbre de la política comercial también tendrían consecuencias negativas para la economía estadounidense (en general, los aranceles de importación deprimen persistentemente las importaciones, las exportaciones y la inversión interna, especialmente con represalias de China), y otro de los efectos es que la inflación a corto plazo aumentaría, mientras que la balanza comercial puede mejorar, pero a costa de una compresión de la demanda interna.
Según el Consejo Empresario EEUU-China, junto con la consultora global Oxford Economics, estimaron que una derogación del estatus PNTR y las represalias de China podrían costar a EEUU una pérdida acumulada de PBI de casi 2 billones de dólares en 5 años, la pérdida de puestos de trabajo podría alcanzar los 800.000 e inicialmente la inflación también aumentaría en 1,2 puntos porcentuales.
Además, el choque arancelario también afectaría a los mercados financieros, puesto que es probable que el dólar se aprecie, por las expectativas de que aumenten los niveles de precios, lo que llevaría a la Reserva Federal (Fed) a subir las tasas de interés, por lo que las menores perspectivas de crecimiento también amortiguarían la renta variable.
Para el banco suizo, es más probable que se aplique un arancel universal del 10% que implicaría menores importaciones, exportaciones e inversiones, precios más altos y apreciación del dólar. También podría tener el efecto previsto de aumentar la inversión extranjera directa (IED) en EEUU, ya que los aranceles se imponen universalmente y la deslocalización cercana no sería útil en este caso. Por lo que puede ser que no se vea un impacto claro e inmediato de la política de Biden.