
En este marco, la capacidad ociosa de la industria de molienda se ubicó en junio pasado en el 30% y podría agravarse en las próximas semanas, en un contexto en el que los productores están vendiendo menos soja ante la incertidumbre económica y el incremento de la brecha entre el dólar oficial y los tipos de cambio paralelos.
Precios internacionales
Lo cierto es que no solo la primarización de los envíos complica a la economía, sino que también de consolidarse la merma de los precios internacionales de los commodities agrícolas, que se evidenció en las últimas semanas, se puede esperar un fuerte recorte en el ingreso de dólares en los próximos meses.
Según un informe elaborado por AZ Group, con los actuales precios internacionales Argentina dejaría de percibir, al menos unos u$s3.000 millones en divisas y unos u$s1.000 millones en concepto de retenciones. Es que la soja cerró este miércoles a u$s580,6, lo que representa una caída del 10% respecto al 9 de junio pasado cuando alcanzó el pico de u$s650 la tonelada.
Bastante más alentadores son las proyecciones de la Bolsa de Comercio de Rosario que en su estimación a julio afirmó que este año los principales complejos agroindustriales generarían ingresos por u$s41.281 millones u$s161 millones menos que en la estimación de junio y u$s3.231 millones por encima de lo exportado en el año que finalizó.
Si bien todavía falta mucho camino por recorrer, las primeras proyecciones en el sector adelantan que durante julio la liquidación de divisas estaría por debajo de los u$s3.500 millones, fundamentalmente por la caída en los precios internacionales, junto con las menores ventas de soja por parte de los productores y el paro agropecuario con cese de comercialización que se realizará la próxima semana.
Se trata de un dato que el Gobierno sigue de cerca porque, justamente, continúa haciendo frente a los pagos por importación de energía en medio de una fuerte presión en el mercado de dólares paralelos.