Para el FMI, se pueden discutir condicionalidades y objetivos. Pero no las metas firmadas el 25 de marzo del año pasado. “Bajo ninguna circunstancia” según lo que la número dos del Fondo, Gita Gopinath, le dejó claro en persona a Sergio Massa en el último encuentro que ambos mantuvieron en Washington en octubre del año pasado.

Sin embargo, y como se trata de dos variables atadas a la evolución del PBI; si el crecimiento del producto durante el 2023 es superior al 2% pactado con el organismo para este año; no habrá restricciones desde el Fondo para que el Gobierno disponga de la mayor recaudación proveniente de ese crecimiento extra, ni del mayor volumen potencial de emisión, siempre que se cumplan con el 1,9% de déficit fiscal y el 0,6% de emisión. En el primer caso, se podrían disponer de unos $1.000 millones extra, mientras que en el segundo caso, podría haber unos $500.000 millones de emisión adicional. Para Economía esto es absolutamente factible, ya que se espera que el crecimiento para el año supere el 2% pactado; y que llegue al 3% final.

Se recuerda en el Palacio de Hacienda que en realidad ese 3% era el porcentaje original calculado en el momento en elaborar las variables fundamentales del proyecto de ley de Presupuesto Nacional; pero que por cuestiones de prudencia fiscal, financiera y monetaria (y para que tenga mayores probabilidades políticas de ser aprobado en el Congreso), se eligió la vía de la prudencia y reducir en un punto porcentual la proyección de evolución del crecimiento.

Así, el 2% final, fue una decisión casi personal de Massa, en el momento de cerrar los números y porcentajes del proyecto que se envió luego al Congreso. Finalmente, con la ley ya aprobada con cierto aval político de la oposición (algo utópico de pensar hoy), el número final fue negociado con el FMI para las primeras proyecciones para el 2023.

El Fondo lo avaló y los cálculos que hoy se manejan y negocian entre las partes para discutir el ejercicio 2023 parte del nivel de crecimiento de 2%, sin que los técnicos del organismo pongan en discusión que debe decidirse si el porcentaje crece más de lo ya cerrado. Tal como contó este diario, desde ayer comenzó una nueva etapa en la revisión de los datos del año pasado dentro del acuerdo de Facilidades Extendidas.

El lunes culminó el proceso de recolección y análisis de datos de los funcionarios técnicos del organismo, con lo que en las próximas dos semanas será el turno de Gita Gopinath y del director adjunto para el Hemisferio Occidental, Nigel Chalk; para que ambos funcionarios de peso dentro del FMI terminen de revisar si el país cumplió (se descarta) con lo pactado para el 2022. El informe se enviará luego hacia el Board, donde el máximo ámbito de poder del organismo decidirá (bajo recomendación de Gopinath y Chalk), si Argentina puede cerrar el 2022 en paz con el Fondo. Será entonces el tiempo de discutir el 2023.

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