La buena noticia, si se quiere, en lo que va del mes, es que los alimentos habrían presentado cierta desaceleración. Dato que ayuda, además, a evitar que el índice general sea aún más elevado.
De hecho, tal como señalaron desde Libertad y Progreso, el IPC que elabora la fundación mostró un crecimiento acumulado de 4,9% en la primera quincena, lo que representa 0,7 puntos porcentuales menos que en el mismo periodo del mes previo.
“Esto se explica más que nada por la desaceleración en las subas del rubro de ‘Alimentos y Bebidas No Alcohólicas’, mientras que los mayores aumentos están en los rubros de ‘Vivienda, agua y electricidad’ (16,4%), ‘Bebidas alcohólicas y tabaco’ (8,5%), ‘Bienes y servicios varios’ (8,2%) y ‘Educación’ (6,5%)”, señalaron desde la firma, y concluyeron que “se podría proyectar una variación del IPC del mes de noviembre de algo más del 6%”.
“Como bien mencionó el viceministro de Economía, los desequilibrios macroeconómicos argentinos hacen que el país coquetee con la hiperinflación. Para evitar este desenlace y que Argentina empiece a crecer es necesario una combinación de medidas fiscales, monetarias y productivas que simultáneamente devuelvan la sostenibilidad fiscal, bajen la inflación y devuelvan los incentivos a la inversión y la producción en el sector privado”, sostuvo al respecto Eugenio Marí, economista jefe de la Fundación Libertad y Progreso.
Por su parte, desde EcoGo proyectaron que la inflación general de noviembre se ubicaría en 6,6%. “Los productos regulados impulsaron el indicador general del mes al alza destacándose aumentos en tarifas de luz, gas y agua (18%, 10% y 25% en promedio), taxis (20%), colegios en PBA (6,5%), expensas (10%) y combustibles (7,2%), entre otros”, señalaron desde la firma.
Por su parte, el relevamiento de alimentos de la consultora LCG acumula un incremento del 2,5% en lo que va del mes, “una dinámica bastante diferenciada a la de los meses previos”. “Por su parte, la inflación promedio mensual desaceleró por quinta semana consecutiva, volviendo a ubicarse en el 5%, el menor valor en veintisiete semanas (mes de mayo)”, señalaron.
Con este escenario, y considerando los incrementos de distintos rubros regulados, “y una inercia que se sostiene alta”, desde la firma proyectaron una inflación para noviembre con un piso del 6% mensual.
Inflación: la meta del Gobierno
La desaceleración en los alimentos de este mes condice con el lanzamiento del programa Precios Justos. Se trata de una de las herramientas con las que el Gobierno busca contener la inflación en los próximos meses.
De hecho, Massa confirmó días atrás que el objetivo es llegar a abril de 2023 con una inflación que se ubique por debajo del 4%. “Lo planteé al asumir: nos establecimos recorrer un sendero de reducción de la inflación, bajar cada 60 o 75 días un punto de inflación. De alguna manera arrancamos en 7,5%, el segundo bimestre lo estacionamos en 6,2% en septiembre y 6,3% en octubre, y aspiramos a seguir un sendero de reducción. El objetivo es llegar a abril de 2023 con el número 3 adelante”, señaló el ministro.
Al respecto, desde la consultora Sarandí señalaron que dicho objetivo “implicaría recortar a la mitad el índice de precios desde los niveles actuales”. “Difícil, pero no imposible. En cualquier caso, es conveniente que se empiece a pavimentar el camino con metas cuantitativas concretas y contrastables”, remarcaron desde la firma.
En ese escenario, un informe de la consultora destaca que el plan comenzó con el acuerdo de precios en productos básicos. “De buenas a primeras, Precios Justos no parece muy distinto a una continuidad de Precios Cuidados u otros acuerdos que fracasaron. Su éxito descansa sobre el cumplimiento de acuerdos con incentivos no siempre alineados”, remarcaron desde la firma, y detallaron: “Los principales riesgos son el incumplimiento en los precios acordados y el desabastecimiento de los productos en góndola. Dependerá centralmente de la estabilidad de las variables nominales”.