¿Qué países registraron la mayor inflación?

Entre los Veintisiete, la tasa de inflación se aceleró en junio en todos los países, salvo en Alemania, donde se moderó al 8,2% desde el 8,7%, y Países Bajos, donde pasó al 9,9% desde el 10,2% de mayo.

Las mayores subidas de los precios en la UE se registraron en Estonia (22%), Lituania (20,5%) y Letonia (19,2%), mientras que los aumentos menos fuertes correspondieron a Malta (6,1%), Francia (6,5%) y Finlandia (8,1%).

Además de los tres países bálticos, otros doce miembros de la UE registraron subidas de precios de doble dígito, incluyendo Chequia (16,6%); Bulgaria (14,8%); Polonia (14,2%); Rumanía (13%); Hungría (12,6%); Eslovaquia (12,6%); Grecia (11,6%); Eslovenia (10,8%); Bélgica (10,5%); Luxemburgo (10,3%); y España (10%), mientras que Países Bajos (9,9%); Irlanda (9,6%); Chipre y Portugal (9% cada uno) registraron tasas de al menos el 9%.

En el caso de España, la tasa de inflación se situó en junio en el 10% frente al 8,5% en mayo, ampliando el diferencial de precios desfavorable respecto de la media de la eurozona a 1,4 puntos porcentuales.

En comparación con mayo, la inflación anual cayó en dos Estados miembros y aumentó en 25. En junio, la mayor contribución a la tasa de inflación anual de la zona del euro provino de la energía (+4,19 puntos porcentuales), seguida de alimentos, alcohol y tabaco (+1,88 puntos), servicios (+1,42 puntos) y bienes industriales no energéticos (+1,15 págs.).

Sin embargo, la inflación subyacente, que excluye la energía, el alcohol, el tabaco y los alimentos frescos por tener unos precios más volátiles, se situó el mes pasado en un 3,7%, lo que supone una disminución de una décima respecto al mes de mayo.

La energía repitió en el sexto mes del año como principal factor del incremento de los precios, con una tasa anual de crecimiento del 42%, lo que representa un aumento de más de dos puntos en comparación con el mes anterior.

Suba de tasas

Según anticipó la institución en junio, la suba de tasas estaría rondando los 25 puntos básicos, en lo que sería la primera suba desde 2011. Lo que persigue el BCE es intentar pinchar la escalada de los precios, aunque sea a costa de enfriar la recuperación económica ya amenazada por la guerra.

El mandato fundamental del Banco Central Europeo, con sede en Francfort, es que la inflación se mantenga próxima al 2%, pero sin superarlo. Y han bastado unos meses de precios altos, principalmente por la crisis energética, agravada por la invasión rusa de Ucrania, para que el BCE anunciara una suba de tasas de interés –la primera en 11 años–, después de que lo hicieran la Reserva Federal de EEUU y el Banco de Inglaterra.

La decisión de subir los tipos para desincentivar el consumo al tiempo que se incentiva el ahorro con el propósito de rebajar la inflación, llegará este jueves de la mano de otra decisión clave: el fin del programa de compra de deuda pública puesto en marcha al principio de la pandemia para rebajar la presión sobre la capacidad de maniobra de los Estados para responder a la crisis del coronavirus.

Deja un comentario