El ministro de Economía, Luis Caputo, reiteró que desde septiembre va a ir eliminando gradualmente el Impuesto para un País Solidarios (PAIS), que se sancionó con carácter transitorio al inicio del gobierno de Alberto Fernández. Aunque Caputo dijo que ayudará a bajar la inflación, la realidad es que el origen del tributo era el de desalentar la compra de dólares, pensando sobre todo en los particulares. Ahora es un gravamen de importancia recaudatoria, a tal punto que actualmente explica el superávit fiscal que está obteniendo el Gobierno en el primer semestre.

Es de recordar que el actual Gobierno subió su alícuota al 17,5%, diez puntos más que en el origen. En junio, el Impuesto PAIS aportó $780.000 millones y desde que comenzó el año ya lleva recaudados unos $3,6 billones. Pero los economistas tienen una mirada más relacionada con lo cambiario. Su efecto es subir el tipo de cambio efectivo que pagan las empresas para conseguir los dólares oficiales, que de por sí, están por debajo del valor del mercado.

Es así que suponen que la reducción y eliminación no va a ser perceptible para el público en general y, por otro lado, potenciará las importaciones, aun en momentos en los que están escaseando las divisas. Se estima que la importaciones demandan unos u$s4.000 millones por mes, en este momento, en un contexto de baja actividad como el actual. Si la actividad económica fuera más alta, entonces se necesitaría aún mas.

El economista Iván Carrino señaló en diálogo con Ámbito que “los impuestos no generan inflación”, de modo que retirarlos tampoco provocan el efecto contrario. “No tiene que ver con eso”, explicó al recordar que el impuesto PAIS se puso en 2020 para achicar la brecha cambiaria que había en ese momento.

En este sentido, sostuvo que en el momento en que se empiece a retirar el gravamen “no va a ser perceptible en el día a día y ni siquiera en la inflación de ese mes”. “Es un impuesto cuyo objetivo era achicar la brecha cambiaria. Después le encontraron la veta de la recaudación”, explicó. Al respecto, precisó que “como la brecha hacía que la gente demandara más dólares y no había reservas, incluso con el cepo, entonces decidieron poner un impuesto».

El economista anticipó que como efecto “bajará la recaudación y tendrán que recuperar con el impuesto a las Ganancias”. De modo que desde su perspectiva, va a haber un problema fiscal, pero también es que se va a agrandar la brecha. “Ahora los importadores van a poder comprar con un dólar por debajo del mercado y encima con 10 puntos menos de impuestos”, explicó. De modo que desde su perspectiva se corre el riesgo de que “las cosas cuesten más baratas, pero que te quedes sin reservas”.

Por su lado, el director de C&T, Camilo Tiscornia, opinó que “siempre que se habla de baja de impuestos es difícil calcular el impacto inflacionario, porque no necesariamente el que se ve beneficiado lo va a trasladar al precio final”. De hecho, no se puede descartar que las empresas quieran subir márgenes de rentabilidad.

“De alguna manera están bajando el tipo de cambio efectivo para los productos importados, sin duda, pero hay un juego de equilibrio general”, precisó. Pero el efecto cierto es que “para el que tiene que importar insumos para exportar le están haciendo una baja de costos brutal mientras que para el que compite en el mercado interno contra importados se la hacen más difícil”.

Tiscornia consideró que es muy complejo predecir todos los efectos que va a causar el retiro del tributo, tanto por el lado inflacionario como en el escenario cambiario. Con esa lógica, puede ser que haya más importaciones, pero a la vez también mayores exportaciones.

Martín Kalos, de la consultora Epyca, plantea que “cuando uno mira el tipo de cambio lo que uno quiere saber es cuántos pesos por dólar se cobran o se pagan por cada operación y cuando uno le pone un impuesto lo que está haciendo es subir el tipo de cambio efectivo”.

“Eliminar impuesto a una importación es reducir la cantidad de pesos para hacer una compra, por eso es una apreciación del tipo de cambio tanto para la producción local como para la exportación que redunda en una baja de costos”, remarcó. Kalos recordó que el “requisito que decía Milei de tener aprobada la ley Bases para ir reduciendo el impuesto PAIS, ya se cumplió”.

Pero desde el punto de vista inflacionario coincidió en que el efecto es casi nulo. “Es cierto que es una baja de costos para las empresas ya que no hay nada en Argentina que se produzca sin insumos importados”, pero aclaró que “en una dinámica inflacionaria del 4% al mes, lo más probable es que ese mes los precios aumenten menos, pero entre ese mes y el siguiente la inflación ya se lo comió”.

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