
Ayer los bonos argentinos en dólares, comenzaron la jornada en rojo, y solo algunos lograron revertir al cierre de la misma. Hubo algunas subas salientes, como las del Global 2046 (3,9%) y el Global 2041 (1,1%), mientras que las caídas más pronunciadas fueron protagonizadas por el Global 2029 (2,5%), el Bonar 2029 (1,4%) y el Global 2038 (1,4%).
Nery Persichini, head of Strategy en GMA Capital, destacó que el riesgo país está en máximos desde marzo. “Pero quizás lo más preocupante es que los precios de los bonos no encuentran piso. Las paridades de los Globales argentinos promedian 30 centavos, y son las más bajas desde el canje de deuda de 2020”, sostuvo.
En este sentido, advirtió que el contexto internacional no es el más propicio: “La aceleración inflacionaria en Estados Unidos atizó las expectativas de subas aún más agresivas en la tasa de interés por parte de la Reserva Federal. Asimismo, las proyecciones de una desaceleración económica ganan cada vez más terreno. Hay mayor aversión al riesgo. El mercado está en ‘modo risk-off’ y, por lo tanto, busca activos de refugio en detrimento de las inversiones riesgosas, como los activos y monedas emergentes. Para colmo, a las economías en vías de desarrollo les afectó el efecto dominó derivado del freno en la actividad de China”.
Coincidió en el análisis Lautaro Losada, economista en Buenos Aires Valores S.A. “Los bonos argentinos vienen con mala performance desde la reestructuración al igual que todos los bonos del mundo y tiene que ver con lo que sucede con el mercado de crédito en el mundo, desatado por la suba de tasas. Europa está entrando en recesión, Estados Unidos puede entrar en estanflación, sumado al retiro de todo el exceso de liquidez que estuvo dando vuelta en los últimos dos años debido a la pandemia. Esto viene de la mano de una suba de tasas a nivel mundial”, señaló. Y agregó que los bonos argentinos tienen más correlación con los emergentes y son más golpeados por la alta volatilidad.
Los analistas consideran que el contexto global adverso se complementó con una situación local compleja, por la inflación, la falta de expectativas acerca del cumplimiento con el FMI y las tensiones políticas.
Persichini afirmó: “En términos domésticos, el panorama es complejo y no hay catalizador de las valuaciones a la vista. El acuerdo con el FMI no funcionó como un ancla para las expectativas ni como una garantía para el regreso a los mercados voluntarios de crédito. Si bien el programa con el Fondo parecía laxo en término de las metas, el deterioro macro, con la inflación más alta en 30 años, complicaría cumplir con las exigencias de déficit fiscal, asistencia monetaria y acumulación de reservas. Asimismo, la crisis política dentro de la coalición de gobierno induce dosis extra de incertidumbre”.
Por su parte, Emiliano López Oriozabala, asesor financiero en Cohen Aliados Financieros, explicó que en el ámbito local juegan varios factores. “Hay una escasa acumulación de reservas a pesar de la liquidación récord del agro, la inflación alrededor del 6% de forma sostenida, lo que hace que afecte bastante a la inversión nacional porque no hay expectativas de planes económicos para bajarla a futuro. Asimismo, todo lo que tiene que ver con internas políticas, hace que no genere atracción comprar bonos locales, que siguen subiendo la tasa y subiendo el riesgo, mientras que las obligaciones negociables de bajo riesgo están bajando el spread”.
En este sentido, agregó que “para saber cómo puede evolucionar, hay que ver qué pasa con la inflación en Estados Unidos, dado que Powell dijo que su objetivo era calmar la inflación, por lo que la suba de tasas va a seguir estando; y, por el lado local, dependerá de lo que pase con la incertidumbre política y cómo sigue el programa con el Fondo”.