El presidente Javier Milei viajó a Estados Unidos para reunirse con las empresas más innovadoras de Silicon Valley. La intención del Gobierno es posicionar a Argentina como un país líder en la inteligencia artificial, pero la motosierra abre interrogantes sobre la continuidad de las políticas públicas para ese desarrollo: ¿Cuál es el potencial y qué desafíos se enfrentan?

La comitiva argentina que también integran el ministro de Economía, Luis Caputo, y el Presidente del Consejo de Asesores Económicos, Demian Reidel, ya mantuvo reuniones con representantes de Google, Apple y Open AI. La gira culminará con un encuentro con el CEO de Meta, Mark Zuckerberg.

La nutrida agenda despierta expectativas para la economía del conocimiento que se transformó en uno de los sectores más dinámicos para el país. En diálogo con Ámbito, el ingeniero especializado en IA y CEO de RockingData, Fredi Vivas, destacó que “Argentina tiene un gran potencial para el desarrollo de la inteligencia artificial porque es pionera en generación de talentos”.

En ese sentido, ponderó la maestría vinculada a la materia que la Universidad de Buenos Aires tiene desde 2004. La universidad de San Andrés, la de Almirante Brown y otras a lo largo y ancho del país también se anotan con carreras. Si bien el recurso humano es fundamental, Vivas aclaró que “desarrollar tecnología requiere de mucha inversión”.

Este último punto, aparece como una de las principales limitaciones. La recesión desplomó los niveles de inversión local a mínimos históricos. El acceso al crédito sigue siendo muy limitado para Argentina y la inversión extranjera directa, con fuertes controles cambiarios, todavía no aparece.

En paralelo, el Estado está abandonando su rol de promotor: la ejecución presupuestaria para la función de Ciencia y Tecnología cayó un 20,9% interanual en el primer cuatrimestre del año, según datos del Centro Iberoamericano de Investigación, Ciencia e Innovación (CIECTI).

La proyección es que para diciembre el desplome se puede posicionar entre el 25% y el 30%. El informe advierte que “la inversión pública constituye el principal componente y el driver fundamental de la I+D” por lo que esto supone “un impacto demoledor sobre el sistema como un todo”.

Argentina no es el único país que se quiere subir a la carrera de la inteligencia artificial. Esta semana el presidente de Francia Emmanuel Macron anunció un programa para llevar de 40.000 a 100.000 el número de personas formadas en la materia. Solo para eso se invertirán más de 400 millones de euros. Antes de fin de año, lanzará un nuevo fondo de inversión para apoyar a sectores vinculados con la IA.

La inteligencia artificial es una herramienta que utilizan las organizaciones del mundo para ser más eficientes, tener mejores resultados, entender a sus clientes y optimizar procesos. Es transversal a cualquier industria, el agro, la educación, la medicina. Para Fredi Vivas, pese a que muchas empresas argentinas saben que los datos pueden ayudarlas a cumplir sus objetivos, una de las principales barreras hoy es el financiamiento.

Reidel, el principal asesor de Milei en la materia destaca como anzuelos que Argentina tiene “grandes extensiones de tierra con clima frío y reserva de energía” y que el Gobierno está promoviendo “las ideas de la libertad, la baja regulación y la libre empresa”. La pregunta es: ¿alcanzará con esos argumentos?.

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