El que calla, otorga. Le sirve a Brasil, pero también a la Argentina. Sobre todo, cuando se trata del FMI. El ministro de Economía brasileño Fernando Haddad lo tiene entre ceja y ceja a su par argentino, Luis Caputo. En el medio, como si se tratase de un triángulo amoroso, se encuentra la titular del FMI, Kristalina Georgieva. Por declaraciones que han tenido lugar en las últimas horas, y en el marco de las reuniones de primavera del Fondo que se llevan a cabo en Washington, Haddad ha deslizado que el organismo le retacea a Brasil lo que regala a la Argentina. No son dólares, claro, sino proyecciones de crecimiento.
Brasil se encamina muy probablemente a ser este año la octava economía del planeta medida en PBI, superando a Italia. Todas las proyecciones lo dan con un salto. Pero en sus vaticinios dados a conocer ayer, el organismo le jugó mal al presidente Lula Da Silva. Auguró una suba de 2,2% este año en el total producido y de 2,1% en 2025.
Y si bien las estimaciones previas eran inferiores, en el gobierno brasileño consideran que los técnicos de Georgieva se quedan cortos. Justo lo contrario del caso argentino. El FMI proyecta una caída para 2024 del 2,8%, algo que luce demasiado benévolo si se lo contrasta con las proyecciones de los principales analistas de la city, que señalan que la caída llegaría tranquilamente al 4%.
Dólar, primavera y el poema del Messi-financiero
Con pie en Washington, Caputo jugará su carta. Busca algún aval para, de mínima, hacerse de u$s5.000 millones del Fondo que podrían llegar en formato crédito-a-cuenta de futuros pagos al organismo. Todo sirve, razona el ministro. Sobre todo, el reconocimiento público del Fondo para la economía argentina. Pero el FMI se ha curado en salud y cada vez que hace una felicitación pública a la Argentina, también acompaña ese mensaje con un pedido sustancial al presidente Milei: una y otra vez ha saludado los “impresionantes avances”, pero ha pedido que mejore la “calidad” del ajuste.
¿Por qué el FMI se ha vuelto tan sensible con las mayorías que se han visto perjudicadas por el draconiano plan económico? No es sensibilidad, acaso. La explicación hay que buscarla en el tercero en discordia en la mesa de la deuda externa: los fondos de inversión. Caputo busca que el FMI lo respalde públicamente, porque eso destrabaría el ingreso de millones de dólares de inversión financiera pro-bicicleta a la Argentina. Comprarían bonos soberanos (porque viene bajando la tasa de interés) y eso redundaría en una caída del riesgo país, que volvería, a su vez, más tentadora la deuda local.
Pero…¿qué piensa Georgieva? Que Caputo quiere ese ingreso de dólares de los fondos de inversión para repagar, en parte, las inversiones que ya se hicieron en el mercado en estos últimos meses. Además, pondera que el ministro aprovecharía la movida para volver a endeudarse con esos mismos fondos, lo que volvería a sentar en la mesa de los acreedores a otro “jugador” que competiría con el propio FMI a la hora del repago de la deuda. Esto es algo que no quiere Georgieva. Al FMI sólo le interesa que Caputo levante el cepo cambiario y que el BCRA acumule los dólares suficientes para comenzar a pagarle al organismo.
Mentime que me gusta: dejar para mañana
En esa porfía, Caputo llegó a Washington para mostrarle los números de superávit. Sin embargo, la jugada quedó empañada por los datos que se conocieron ayer de la Tesorería: el Gobierno postergó pagos por $1,61 billones en el primer bimestre para ampliar el superávit fiscal. Y si bien el superávit primario base caja de los primeros tres meses se ubica dentro de los parámetros acordados con el FMI, por encima de los $3 billones -ya conseguidos entre enero y febrero-, el dato relevante que se oculta al Fondo es que la mitad de ello se habría conseguido por demorar los pagos.
De acuerdo con datos de la Tesorería General de la Nación, en febrero el Gobierno incrementó lo que se denomina deuda flotante en $900.421 millones, y así acumuló un total de $1,61 billones. Se trata de gastos que ya fueron generados, pero no cancelados. Entre los pagos más importantes postergados en febrero figuran $591.911 millones que corresponden a transferencias, con un acumulado de $884.783 millones en el primer bimestre. Hay que tener en cuenta que el 2023 finalizó con una deuda flotante de $710.416 millones.
En esta línea hay más. Los números preliminares de marzo que arroja la Oficina de Presupuesto del Congreso han dado déficit fiscal, primario y financiero. Es decir, en marzo volvieron los números en rojo: unos $61.000 millones de déficit primario y $355.000 millones en el financiero. Y si bien no es para golpearse el pecho (son cifras relativamente bajas), sí estarían marcando un cambio de tendencia, máxime teniendo en cuenta que el Gobierno deberá empezar a pagar las cuentas atrasadas.
Círculo rojo, dólar y Llao-Llao
Mientras tanto, el Presidente prepara su viaje a Bariloche. Milei visitará al Foro Llao Llao, el encuentro empresarios y dirigentes políticos que comienza hoy en el hotel homónimo.
Un detalle no menor es que también participarán los presidentes de Uruguay, Luis Lacalle Pou, y de Paraguay, Santiago Peña, algo que hizo ruido en la Casa Rosada porque en algún momento se pensó que disputaban la atención empresaria con el presidente argentino. Sin embargo, desde la organización le aclararon a Karina Milei que no habrá más dirigentes políticos y que Milei será el único orador cuando el próximo viernes cierre la última jornada del evento.
Sabido es que el Foro hace un culto de la confidencialidad y además suele enorgullecerse del protocolo muy riguroso, lo que habilita conversaciones reservadas. Sin embargo, queda la duda sobre la disposición de Milei para tomarse alguna fotografía en grupo. El mandatario suele escaparle a cualquier instancia que lo ponga en el mismo plano de un empresario -salvo Elon Musk- o de otro mandatario que no sea libertario o liberal.
¿Habrá polaroids con empresarios? ¿Acaso alguna con Luis Lacalle Pou? Están confirmados Marcos Galperín (Mercado Libre): Marcos Bulgheroni (PAE); Agustín Otero Monsegur y Carlos Miguens (citrícola San Miguel); Federico Braun (La Anónima); Martín Migoya y Guibert Englebienne (Globant); Sebastián Bagó (Laboratorios Bagó), y las empresarias Karina Román (Logística Román) y Verónica Andreani (Andreani), entre otros.
Según trascendió, se ha cursado invitación a algunos analistas internacionales para debatir el contexto global, puntualmente la invasión rusa a Ucrania y los recientes ataques en Medio Oriente. Por supuesto, la pregunta del millón irá por otro carril: ¿puede la economía local recuperarse del cimbronazo depresivo que impone el plan económico?