Periodista: A 20 días para las PASO, ¿la mirada ya está puesta en octubre o la campaña hoy es para ganarle a la lista interna con la que compiten por adentro de Juntos?
Gustavo Posse: Se trabaja para el conjunto sin dejar de mirar lo que viene pasando en algunas provincias como San Luis, San Juan y en Santa Fe. Estas elecciones marcan que Juntos está en buenas condiciones competitivas y que es nuestro espacio el que puede discutir con el poder de turno. Tenemos el optimismo de ser parte del equipo que ganó en esos comicios.
P.: ¿Qué es lo que lo acerca a Diego Santilli? ¿De qué manera se complementan?
G.P.: Los dos venimos de la política desde chicos. Somos personas formadas en la política. La etapa formativa nos dio la oportunidad de concretar lo que queríamos hacer y de generar las transformaciones liderando equipos. Esa idiosincrasia, al venir de la política, nos amalgama. Somos personas de hacer y de seguir haciendo.
P.: ¿Por qué el votante de Juntos en la Provincia de Buenos Aires debería optar por el binomio que integrás con Santilli y no por la propuesta que encabezan Néstor Grindetti y Miguel Fernández?
G.P.: La Provincia es el lugar más difícil, donde el peronismo es más fuerte. Acá no hay balotaje, se gana y se pierde por un voto. Es una expectativa diferente a la que ocurre en la Nación, donde los candidatos tienen más oportunidades y, llegado el caso, pueden ser la representación de una cosa o la otra. En Buenos Aires nosotros somos la herramienta idónea para ganar la elección. Santilli ya lo demostró hace solo 18 meses, cuando lo votaron más de 4.300.000 bonaerenses. La otra fórmula es muy respetable e incluso intercambiamos ideas. Pero su planteo no es ganar la Provincia.
P.: ¿Y para qué es?
G.P.: Es un esfuerzo grande en torno a la candidatura nacional de Bullrich. Se complementan.
P.: ¿Son los candidatos del arrastre nacional de Bullrich?
G.P.: Entiendo que hacen un esfuerzo desde su lugar para que la otra candidata tenga representantes.
P.: Ambas fórmulas de Juntos llevan al frente a un referente del PRO y a otro del radicalismo. Tanto en su caso como en el de Miguel Fernández, representan a diferentes miradas hacia adentro de la UCR. ¿El espacio que gana la elección es también el que queda mejor posicionado hacia la propia interna partidaria?
G.P.: Todos los intendentes al final trabajan para poder llegar a octubre de manera competitiva. Sean del PRO como de la UCR. En nuestra lista llevamos todos candidatos que ya ganaron en 2021. Tenemos un tándem que está preparado para ganar, pero ya no son internas partidarias. Nosotros ahora estamos enfocados en gobernar. Las cuestiones partidarias quedan para después. El que está mejor parado hoy para ser gobernador es nuestro. En mi caso, era el radical que más medía y me pareció que lo mejor que se podía hacer era sumar esfuerzos y hacer una lista competitiva y homogénea para ayudar a lograr el objetivo final.
P.: ¿Y por qué considera que esta vez podría ser distinta a la de 2015, cuando la UCR ocupó un rol secundario en la Provincia?
G.P.: En el 2015 el radicalismo no tenía potencia. Era un momento único del PRO. La situación hoy está normalizada. El radicalismo tuvo su proceso y levantó la autoestima tras las elecciones de 2021, cuando tuvo un rol de mucha presencia.
P.: ¿Cuáles son los tres puntos clave para lograr un cambio profundo?
G.P.: El país requiere tres acuerdos: una nueva ley de empleo que facilite que el que da trabajo lo pueda hacer y que el que no tiene, pueda acceder. Se requiere de un acuerdo para alivianar la carga tributaria y que el peso sea más justo y parejo y buscar distintas manera de que lo productivo, el crecimiento de la economía, sea lo que dé lugar a la necesidad fiscal del país. El país tiene que entrar en una disciplina fiscal de no gastar más de lo que ingresa.
P.: ¿Y el tercero?
G.P.: Vinculado a la reforma previsional para que las jubilaciones de privilegio dejen de lastimar a los argentinos. La situación más grave es que no se puede circular por las autopistas o avenidas con carteles oficiales que dicen jubílese sin aportes. En el comienzo del último gobierno se perdió el mecanismo de ajuste del salario y jubilación y eso con inflación produjo un retroceso muy grande para los jubilados. Son puntos necesarios para generar un cambio.