El Gobierno decidió anticipar al 1 de octubre la alineación de los precios internos del petróleo y los combustibles con los internacionales, aunque era una medida prevista para principios de 2018. La decisión tomada por el ministro de Energía, Juan José Aranguren, implica la liberalización del mercado a 20 días de las elecciones, pero ya se sospecha que hay cierto acuerdo tácito con las empresas para que los aumentos se posterguen hasta después del acto electoral.
Es igualmente una medida muy audaz, si se considera que la inflación sigue arriba del 24% anual, y que no se tomaron recaudos, como hubiera sido una adecuación del impuesto a los combustibles, de modo que el gravamen disminuya cuando el valor internacional sube y aumente en caso contrario, tal como sucede en Chile.
Además no hay, por lo menos por ahora, algún tipo de tope para el traslado de la cotización internacional a los precios del surtidor, ni tampoco una pauta de la frecuencia en que pueden realizarse las modificaciones tanto hacia arriba como hacia abajo. Esto última implica que si hay una liberalización total como en EE.UU., los valores al público pueden variar casi todos los días, aunque en realidad las refinerías pagan el petróleo una sola vez por mes, según un pactado anteriormente.
Paridad
La noticia se conoció a través de una nota enviada por Aranguren a las petroleras, y publicada por el sitio Econojournal, según la cual «dentro de lo previsto en el acuerdo para la transición de la industria hidrocarburífera argentina, un aumento de los precios internacionales permitiría la liberación de los precios internos y de ese punto en adelante, mantener la paridad con los mismos con un funcionamiento pleno de las reglas del mercado».
También indica que «en el marco de las distintas variables que intervienen en el mercado hemos observado que con fecha del 13 de septiembre de 2017 se ha satisfecho la condición enunciada por el punto 9 del acuerdo». Añade que «en consecuencia, los compromisos asumidos en el acuerdo quedarían suspendidos a partir del 1º de octubre de 2017».
El acuerdo fue pactado entre Energía, las productoras de crudo y las refinerías el 12 de enero pasado, y preveía la actualización trimestral del precio de los combustibles al público, según una fórmula que considera el valor internacional de la variedad Brent, el tipo de cambio y los ajustes de los biocombustibles que significan el 10% en cada litro de nafta y gasoil.
Ese convenio implicaba además la disminución mensual del precio interno del petróleo, o del llamado barril criollo, hasta que estuviera en línea con el internacional, lo que se preveía iba a ocurrir en julio, aunque se esperaría hasta fin de año para liberar el mercado, a pedido de las empresas productoras de menor tamaño. Pero también se contemplaba que la liberalización podía concretarse luego de que el valor del Brent en el mercado de Londres superara los u$s52 por diez jornadas consecutivas lo que sucedió el 13 de este mes.
En los hechos, el crudo más pesado que se produce en la Argentina, el Escalante, ya tenía un precio de u$s47 , alineado con el internacional . En tanto, el Medanito (mejor que el Brent) se está pagando unos u$s55 por barril, lo que significaría que le faltan por lo menos u$s3 para alinearse.
Por otra parte, al decidirse los aumentos de naftas para julio pasado, el tipo de cambio fue calculado en $16,46, lo que implica un 7% menos que la cotización de esta semana en torno de $17,70. Si se acumulan los dos efectos, los precios de los combustibles deberían subir hoy más del 10%.
La liberación se da en un sector donde el 55% de participación pertenece a YPF de mayoría estatal, y cuando Pan American Energy y Axion están a punto de fusionarse, con lo cual habrá dos petroleras integradas verticalmente con el 76% del mercado que se considera libre. La medida implica también la posibilidad de las refinerías de importar petróleo si pueden conseguirlo en el exterior a un precio más barato que en la Argentina, por lo cual las petroleras productoras podrían aplicar nuevos recortes de gastos e inversiones.
En 2017, hubo un aumento del 8% en enero, una baja del 2,5% en gasoil y del 0,1% en naftas en abril, y un incremento del 7% en julio.