No hubo sorpresas en Tucumán. El oficialista Frente de Todos (FdT), que llevaba como candidatos a gobernador y vice a Osvaldo Jaldo y a Miguel Acevedo, se impuso con holgura en las elecciones provinciales, de acuerdo a los primeros datos del escrutinio provisorio, que arrancó a las 22.30. Desde temprano había confianza en el oficialismo que se vio reflejado en la larga lista de invitados especiales que llegaron a Tucumán desde las 20. Con el 30,46% de las mesas procesado, el peronismo se imponía con el 59,61% de los votos, frente al 31,88% que obtenía la fórmula de Juntos por el Cambio (JxC), integrada por el radical Robert Sánchez y el larretista Germán Alfaro.
Los primeros mandatarios provinciales en arribar fueron los gobernadores de Formosa, Gildo Insfrán; Catamarca, Raúl Jalil; de La Rioja, Ricardo Quintela; Gerardo Zamora, de Santiago del Estero, y Oscar Herrera Ahuad, de Misiones. Se aguardaba que la llegada también del ministro del Interior de la Nación, Eduardo Wado de Pedro.
El resultado confirmó el poderío que conserva el oficialismo que, con el gobernador Juan Manzur como jefe de campaña, provincializó todo lo que pudo el período preelectoral, prescindiendo de las visitas de funcionarios nacionales. Tampoco se vio en la provincia cortocircuitos locales, de la interna nacional por la que atraviesa la coalición gobernante, lo que favoreció la cohesión de la dirigencia peronista tucumana para obtener el triunfo.
Con este resultado, más allá de la consolidación del FdT en la Casa de Gobierno, Manzur obtendría una foto junto a sus pares de la región y a De Pedro, que le permitiría jugar en la interna nacional de la coalición gobernante, en donde está en debate si habrá lista de unidad o PASO. Manzur, en consonancia con lo manifestado por los miembros de la Liga de Gobernadores, apostaría por lo señalado por los mandatarios en el documento que se firmó en el Consejo Federal de Inversiones, en donde se pidió lista de unidad, con un representante del interior en la fórmula.
El triunfo del FdT es un mazazo para la coalición amarilla tucumana, que se había ilusionado con los resultados de las legislativas de hace dos años, en los que obtuvo un virtual empate técnico. La brutal interna que protagonizaron hasta marzo Sánchez y Alfaro terminó con el sueño de poder sentar a un opositor en el Sillón de Lucas Córdoba, el primer gobernador tucumano.
Llega el Presidente
La victoria también envalentonó al presidente Alberto Fernández, que este lunes arribará a Tucumán para realizar varias actividades junto a Manzur y Jaldo. Entre ellas, una visita protocolar a la Facultad de Bioquímica de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) y una recorrida por obras públicas que financian en Estado nacional y la provincia.
“Con los resultados provisorios podemos confirmar que el Frente de Todos por Tucumán está encaminado a una contundente victoria. Queremos agradecer y destacar la masiva concurrencia a las urnas, poniendo en valor el sistema democrático tucumano en una jornada que terminó desarrollándose con normalidad a lo largo y ancho del territorio”, fueron las primeras palabras de Jaldo que publicó en su cuenta de Twitter, junto a Manzur y mandatarios de la región.
Fallo adverso
Las elecciones tucumanas deberían haberse realizado el pasado 14 de mayo pero fueron suspendidas por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que hizo lugar a un recurso que presentó la oposición en el que cuestionaba la postulación de Manzur a la vicegobernación. Aunque no resolvió la cuestión de fondo, puso en pausa el cronograma electoral. Se reactivó cuando Manzur renunció a la postulación y designó en su reemplazo a Acevedo, ministro del Interior, para evitar entrar en un laberinto legal que habría estirado los plazos. Así, convocó a las elecciones que se concretaron este domingo. La Corte Suprema desestimó el recorrido judicial que había transitado Manzur por el que había logrado, hasta de la Corte Suprema de Justicia local, la habilitación para presentarse.
Lo más difícil para el oficialismo, mientras la oposición creyó encontrar una oportunidad para arrebatarle la gobernación al peronismo, fue revitalizar la campaña electoral. Recién en los últimos diez días la campaña se reavivó y el FdT montó actos en toda la provincia. A la oposición no le alcanzó con las numerosas visitas de estos últimos días, entre ellas, las de Larreta, la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, y hasta del expresidente Mauricio Macri.
Se esperaba que durante la madrugada se conozcan los resultados de la pelea voto por la intendencia de San Miguel de Tucumán, en donde se enfrentaban la senadora Beatriz Ávila, por JxC, y la diputada nacional Rossana Chahla, del oficialismo provincial. Ávila iba por la sucesión de su esposo, Alfaro, quien transita por últimos meses de su segunda gestión. Perder la capital para la coalición amarilla provocaría quedarse sin la columna vertebral de la administración estatal en la que se sostiene esa fuerza.
La sorpresa que no fue vino de la mano de la alianza entre Ricardo Bussi y Javier Milei, Fuerza Republicana-La Libertad Avanza. Se esperaba que el fenómeno nacional que encarna el economista de derecha se tradujera en votos constantes y sonantes. No pasó. Con el 22% de los votos del escrutinio provisorio, Bussi apenas alcanzaba el 3%, lo que implica una durísima derrota. Seguirá siendo la tercera fuerza tucumana pero muy lejos del FdT y JxC.