El Fondo Monetario Internacional (FMI) le sugirió al gobierno que continúe con su estrategia de canje de deuda en pesos, como lo hizo el 9 de marzo pasado, cuando logró descomprimir $4,3 billones en vencimientos de corto plazo y los postergó para 2024 y 2025. Sostiene que, de ese modo, se evitará una “reestructuración forzosa”.

Así consta en el Staff Report de la cuarta revisión del acuerdo de Facilidades Extendidas que el organismo que dirige Kristalina Georgieva dio a conocer en las últimas horas. En el documento, los técnicos del Fondo consideran que el costo que tiene que pagar la Argentina en términos de tasas de interés para estirar los plazos de vencimientos son menores a lo que tendría que soportar en caso de enfrentar una crisis.

“El swap reciente extendió con éxito un una parte significativa de los vencimientos del segundo trimestre más allá de las elecciones, en particular para la deuda en poder de los bancos, al mismo tiempo que evitó una mayor dependencia de los papeles vinculados al dólar”, señala el Fondo.

El organismo con sede en Washington sostiene que “los beneficios de la reducción de los riesgos de rollover superan los costos de la operación, en forma de tasas de interés más altas y protección limitada del Banco Central”. “Sobre la base del reciente canje de deuda, la implementación prudente de nueva estrategia de financiación será fundamental para mitigar los riesgos de rollover”, sugiere el documento.

En ese sentido, el FMI plantea que “ahora se requerirán esfuerzos similares para extender los vencimientos del 6,6% pendiente del PBI en obligaciones que vencen hasta fines de 2023 para evitar la monetización de la deuda o una reestructuración forzosa” . El FMI considera que se deberán llevar a cabo operaciones focalizadas según el tipo de deudor. Estima que los bancos todavía tienen 0,7% del PBI en bonos, mientras que el resto del sector privado cuenta con 2,1%.

Por otro lado, el organismo le dio un visto bueno al canje de deuda intraestado, una operación que fue duramente criticada por los economistas de la oposición de Juntos por el Cambio, porque involucra al Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSES. Estima que la duda en poder del sector público es del 3,8% del PBI. “Al empujar la mayor parte del rollover más allá de las elecciones de 2023 ayudará a reducir la incertidumbre y facilitar aún más una reducción gradual de los costos de endeudamiento”, dicen los técnicos del FMI. También aclaran que “se necesitarán esfuerzos para proteger el balance del Banco Central a corto plazo”.

El pasado 9 de marzo el gobierno llevó a cabo una operación de canje de letras del Tesoro relativamente exitosa. Tenía vencimientos de corto plazo por $7,9 billones, y dejó $3,3 billones. Fue el canje de menor adhesión de los hechos hasta ahora porque consiguió un respaldo del 58% de los tenedores de bonos pero, en rigor, fue el primero que pudo pasar una masa significativa de vencimientos para después de las elecciones, una barrera que parecía infranqueable.

La mirada del FMI coincide con la de mercado que anticipa nuevos canjes en los próximos meses debido a que quedó todavía una fuerte masa de vencimientos. En abril hay que renovar $1,1 billones. El problema para estirar los plazos con lo que va quedando en manos Fondos Comunes es que están captando dinero de ahorristas por corto plazo y por lo tanto no tienen por el momento razones para pasar a bonos de largo.

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