El Parlamento regional catalán declaró la independencia de Cataluña, en una tensa votación que será declarada probablemente ilegal por el Tribunal Constitucional español.
La resolución, aprobada por 72 votos a favor, 10 en contra y dos en blanco, se produjo en ausencia de gran parte de la oposición, que se marchó de la cámara regional para no participar de la votación secreta.
El jefe del Gobierno de Cataluña, Carles Puigdemont, aseguró que el Parlamento de la región dio hoy un «paso muy esperado» y advirtió de que habrá «que mantener el pulso» en un contexto de «paz» y «dignidad».
«El Parlament ha dado un paso muy esperado y por el que hemos luchado muchos ciudadanos de Cataluña, vienen horas en las que tendremos que mantener el pulso de este país, tendremos que mantenerlo en el terreno de la paz, el civismo y la dignidad», expresó en la Cámara regional.
«Asumimos el mandato del pueblo de Cataluña expresado en el referéndum de autodeterminación del 1 de octubre y declaramos que Cataluña se convierta en un estado independiente en forma de república», indicó la resolución leída antes del sufragio por la presidenta del Parlamento catalán, Carme Forcadell.
Cuarenta minutos después, el Senado español dio luz verde a las medidas propuestas por Madrid para intervenir la autonomía de Cataluña, incluida la destitución del Gobierno de la región y la convocatoria de elecciones en un plazo de seis meses.
El mecanismo, no aplicado hasta ahora nunca en España, permite a Madrid tomar medidas ante la «extraordinaria gravedad en el incumplimiento de las obligaciones constitucionales» por parte de Cataluña.
Además del Partido Popular (PP) de Rajoy, lo apoyaron el Partido Socialista (PSOE) y el liberal Ciudadanos. Hubo 214 votos a favor -el 81 por ciento de la Cámara-, 47 en contra y una abstención.
Junto con la destitución del «Govern» catalán al completo, entre las medidas pedidas por Madrid figura también el recorte de las competencias del Parlamento catalán para que no pueda designar candidatos ni votar la investidura de otro presidente tras la destitución de Puigdemont.