La desaparición del vuelo MH370 de Malaysia Airlines con 239 personas a bordo es «casi inconcebible e inaceptable para una sociedad», señala, con resignado desconcierto y sin disipar dudas el informe final presentado por una comisión de búsqueda internacional, tres años y medio después de que el avión de pasajeros se esfumara sin dejar rastro.

El Boeing 777 que volaba de Kuala Lumpur a Beijing desapareció de los radares el 8 de marzo de 2014. La hipótesis más probable es que cayera al mar, pero la búsqueda conjunta realizada por Australia, Malasia y China fue interrumpida en enero de este año tras 1.046 días y sin resultados concluyentes ni reveladores.

«Lamentamos profundamente no haber podido encontrar el avión ni a las 239 personas a bordo», señala el documento de 440 páginas publicado por la Oficina para la Seguridad en el Transporte de Australia (ATSB) sobre uno de los mayores misterios de la historia de la aviación.

El trabajo deja en evidencia la perplejidad de los investigadores por el misterio.

«Es casi inconcebible e inaceptable para una sociedad que, en la era de la aviación moderna con 10 millones de pasajeros embarcando en aviones comerciales cada día, un gran avión comercial desaparezca y el mundo no pueda saber con certeza qué fue del aparato y de quienes viajaban a bordo», expresa, con resignado asombro.

Se cree que el avión cayó al mar pero no hay información concreta sobre dónde se encuentra.

La ATSB llevó a cabo un rastrillaje submarino a lo largo de 710.000 kilómetros cuadrados de suelo marino del Océano Índico y después otro con sonar de alta resolución, cubriendo un área de más de 120.000 kilómetros cuadrados, las dos mayores búsquedas de la historia de la aviación y las más costosas: los tres países pagaron unos 150 millones de dólares (127 millones de euros).

«Pese a los extraordinarios esfuerzos de cientos de personas de todo el mundo implicadas en la búsqueda, el avión no fue localizado», señala el texto reproducido por la agencia de noticias DPA.

Sin embargo, la ATSB cree tener una mejor idea de dónde se encontrarían sus restos, reiterando estimaciones previas publicadas en diciembre, abril y agosto de que podrían estar en un área de 25.000 kilómetros cuadrados situada al norte de la zona de búsqueda anterior en el Índico.

Desde 2015 han ido apareciendo restos de fuselaje en la isla de Reunión, así como en la costa oriental de África, pero hasta el momento sólo se ha confirmado definitivamente que dos piezas se correspondían con el aparato.

Las últimas estimaciones de los científicos se basan en análisis de modelos del posible recorrido a la deriva de los restos recuperados, así como de imágenes de satélites.

Malasia ha continuado investigando las circunstancias del suceso, pero el gobierno australiano anunció que sólo reanudaría la búsqueda si aparecieran nuevas pistas «creíbles».

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