El titular del Instituto Nacional de Yerba Mate (INYM) Jonas Petterson fue destituido de su cargo por decisión del resto de sus pares, quienes encontraron “incompatibilidades” en su función en el organismo con un supuesto empleo público en la Legislatura provincial.
Es la primera vez en la historia del ente yerbatero que un director es expulsado. Oficialmente, lo que se comunicó es que Petterson percibiría un sueldo como asesor de su hermano, Julio Petterson (quien dejó de ser diputado en diciembre pasado), en la Cámara de Representantes, lo que violaría el estatuto del INYM. “Los representantes del sector privado y sindical no podrán ejercer cargos públicos electivos o por designación”, reza el artículo D del reglamento.
El caso de Jonás salió a la luz debido a una denuncia que presentó la Asociación de Plantadores del Norte Argentino contra el dirigente en abril. La misma fue tratada en una reunión de directorio el pasado jueves, de la que derivó su salida y el llamado a elecciones para elegir nuevos representantes para toda la cadena yerbatera.
Interna
Según el diario Primera Edición de Posadas fue el propio presidente temporal y director por la producción, Nelson Dalcolmo, quien impulsó la maniobra contra Petterson, acompañado por el otro delegado del sector primario, Marcelo Hacklander, y también con el apoyo de los industriales.
Cabe recordar que Petterson, con ayuda de Dalcolmo, llegó a convertirse en presidente temporal del INYM en diciembre tras apelar a un artilugio para correr de ese lugar a Ricardo Maciel (director por Misiones), quien había quedado al frente del INYM tras la salida del actual diputado provincial Juan José Szychowski.
Pero luego, Petterson tuvo que renunciar a ese cargo en abril debido a que había perdido el apoyo de casi todos los sectores, incluidos el de los otros dos miembros por la producción.
Descargo
“Yo nunca tuve ninguna designación, ni fui electo a ningún cargo político”, explicó Petterson y agregó: “Lo que ellos alegan es que yo tenía uno de estos cargos y yo negué totalmente eso. Sí tuve un contrato, pero la ley del INYM también dice que los directores del sector privado tienen que trabajar ad honorem en el instituto, entonces no me pueden impedir que yo tenga un contrato a término para poder ganarme la vida también, porque si bien soy productor yerbatero, tengo que abandonar mi actividad para cumplir mis funciones como director y tampoco dice nada la ley al respecto”, argumentó.
Según el productor, el argumento fue solo una justificación para su desplazamiento, ya que las relaciones venían desgastadas desde hace tiempo y que fue uno de los motivos que lo llevó a renunciar como director a cargo del instituto, mientras esperaban la designación de un presidente que, meses después, todavía no llega.
“Manteníamos una relación más cercana con los directores, pero yo fui muy crítico del Gobierno nacional cuando tomó la decisión de quitarle las atribuciones de fijar precio y generar equilibrio al INYM y por ahí eso sí pudo causar un enojo”, reflexionó. En esa línea, aseguró que considera que su desplazamiento tuvo que ver por su ideal político y por el que tienen algunos directores. “Para mí, la situación que está pasando hoy el productor misionero es consecuencia de ese libre mercado”, argumentó.
La ruptura en las relaciones, entiende Petterson, empezaron cuando él, todavía al frente del instituto como director a cargo, empezó a insistir en que se fije el precio, tomando la herramienta que les dio el juzgado Civil y Comercial 5 de la Provincia.
“La industria no acompañó, pero tampoco hicieron mucho esfuerzo mis colegas para que fijemos algún precio o que mandemos a alguna especie de laudo o consulta nacional”, especificó y agregó que tampoco hubo un ánimo de mejorar la imagen del INYM.
“Fue muy mezclado todo el tema político con el INYM, con nosotros, con todo, una cosa que no se entendió porque se dio todo tan rápido, que fue en un año electoral y dañó todito. La idea era dar una mejor imagen con los medios y no fue acompañada, me sentí traicionado por mis colegas”, finalizó Petterson.