La poda mostró las diferencias con el exgobernador Juan Manzur. Las autoridades del bloque oficial en la Legislatura, escenario de disputas.
El gobernador de Tucumán, Osvaldo Jaldo, anunció una poda de $ 220.000 millones en el Presupuesto 2024, a través de una reestructuración del funcionamiento del Estado provincial, que prevé la reducción de 40 áreas, entre las que se cuentan ministerios, secretarías y la disolución de la Unidad de Reconversión Laboral (UNREL), creada cuando se produjo en 2021 el cisma entre el actual mandatario y el exgobernador Juan Manzur. El área, con alrededor de 4000 empleados, nació para contener a dirigentes y militantes que respondían a la Casa de Gobierno. El anuncio fue realizado por el propio Jaldo, rodeado por el pleno de su gabinete.
La decisión había sido tomada hace dos semanas, al menos, pero se prorrogó para después de las elecciones nacionales para evitar cortocircuitos internos debido a que también se anunció la suspensión de las designaciones que se hicieron en el Estado provincial en los últimos 60 días, contó a Ámbito un funcionario del Poder Ejecutivo. Unos días antes del traspaso de mando de Manzur a Jaldo, el 29 de octubre, el primero giró a la Legislatura el Presupuesto Provincial 2024. Y una de las primeras acciones del gobernador entrante fue pedir al vicegobernador Miguel Acevedo y al presidente subrogante, Sergio Mansilla, la devolución del Presupuesto para trabajar en un recalculo de los gastos. Aunque en público se niega, en los pasillos de ambos poderes se admite que persisten diferencias entre Jaldo y Manzur y el tratamiento de las erogaciones estatales para el año que viene le dio visibilidad a las rispideces.
Para dar tranquilidad, Jaldo señaló en la conferencia de prensa que en la poda de la UNREL se analizará caso por caso y que “aquel que trabaja, tiene un rol y da prestación de servicio, será reincorporado”. “No estamos dispuestos a seguir pagando a personas sin saber qué rol cumplen, es una cantidad importante, como además una erogación financiera y presupuestaria significativa”, señaló. La motosierra que aplicará el gobernador prevé que desaparecerán o se fusionarán secretarias, subsecretarias, direcciones y subdirecciones. Con los nuevos números, agregó el exvicegobernador, el Presupuesto será enviado a la Legislatura con una reducción cercana al 14%. Es decir, el cálculo de erogaciones del Estado provincial para el año que viene ascendería a $1,6 billones. El ministro de Economía y Producción, Daniel Abad, aclaró que en la reasignación de recursos se incrementaron los presupuestos para Seguridad, del 7,7% al 8,10%; para Salud, del 14,66% al 16,32%, y para Educación, del 17,13% al 17,93%. Otras medidas comprenden reuniones con los intendentes para ajustar las partidas con las que el gobierno garantizará los sueldos para sus empleados, la suspensión de juicios por ejecuciones fiscales contra Pymes por deudas con el fisco y se reducirá de 7 a 5,5 puntos la alícuota por Ingresos Brutos.
Jaldo se movió con rapidez ante el triunfo de Javier Milei en las elecciones presidenciales porque necesitará mantener un buen diálogo para tratar de garantizarse recursos nacionales. Por esta razón, antes del anuncio, flanqueado por ministros, expresó: “Tucumán ha sido una de las primeras provincias que reconoció el triunfo del presidente electo. Como hombres y mujeres de la democracia nos hemos puesto a disposición para trabajar en conjunto y ver en qué podemos colaborar desde la provincia para el futuro gobierno nacional”. De todos modos, pidió “reciprocidad del gobierno nacional hacia la provincia”.
La derrota del candidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa, impactará en la interna en el oficialismo tucumano. Se descartaba que de ganar UP, Manzur tendría un lugar en la Casa Rosada. Sin ese escenario, el exgobernador asumirá en el Senado de la Nación, en reemplazo de Gabriel Yedlin, que fue electo diputado nacional, de quien es suplente. Desde el Congreso de la Nación, Manzur tendría menor influencia en el escenario local, como en la elección de autoridades del bloque oficialista en la Legislatura tucumana. Hasta hoy, por consultas de Ámbito, no hay consenso. Por esa razón, las deliberaciones se pasaron para después de la última elección del año. Las reuniones se suceden en despachos y en bares en los alrededores del Poder Legislativo pero no hay acuerdo. La principal preocupación de sus autoridades, Acevedo y Mansilla, es evitar una ruptura y que el bloque se parta en el arranque de la gestión. Se verá.