El peronismo tucumano triunfó sin atenuantes en las elecciones provinciales del domingo, al haber obtenido un 56% de los votos, y quedó a las puertas de una doble victoria si el escrutinio definitivo arroja como resultado que la diputada nacional Rossana Chahla, del Frente de Todos (FdT), se consagra como intendenta de San Miguel de Tucumán. Germán Alfaro, quien fungió de candidato a vicegobernador por Juntos por el Cambio (JxC), transita los últimos meses de su segunda gestión al frente del municipio de la capital tucumana. Para sucederlo, eligió a su esposa, la senadora nacional Beatriz Ávila, que al cierre del escrutinio provisorio perdía por un punto con su ocasional rival.
Mientras el gobernador tucumano Juan Manzur, el mandatario electo, Osvaldo Jaldo, y Miguel Acevedo, el nuevo vicegobernador, festejaban el domingo en la Casa de Gobierno, recibían a mandatarios provinciales de la región y al ministro del Interior de la Nación, Eduardo “Wado” de Pedro, nadie parpadeaba en los centros de cómputos de Ávila y de Chahla. Ante sus ojos, el escrutinio provisorio mostraba un virtual empate técnico, con una leve ventaja de la peronista, hasta que unos minutos después de la una de la mañana se congeló la carga de votos en las pantallas para los circuitos Capital y Este. La parálisis fue de alrededor de una hora y se reanudó a ritmo lento.
Desde ambas carpas bramaron. “Están acostumbrados a hacer trampa. Interrumpir la carga es hacer trampa. No sabemos qué es lo que están cargando”, sostuvo Alfaro, junto a Roberto Sánchez, el candidato a gobernador por Juntos por el Cambio (JxC). “Pido explicaciones del por qué la Junta Electoral demora en la carga de votos de este distrito. Según el escrutinio provisorio y las planillas de nuestros fiscales tenemos un resultado favorable”, expresó Chahla, también durante la madrugada, cuando las luces ya se apagaban en la Casa de Gobierno. Los dos espacios insistieron que el único camino para dirimir y aclarar esta situación debía ser avanzar en el escrutinio definitivo y hasta abrir las urnas, de ser necesario. Esta mañana, cerca de las 9, el escrutinio provisorio se detuvo con el 85% de las mesas escrutadas, con Chahla arriba con un 42,6% y Ávila con un 41,9%; en votos, 128.240 contra 126.241. Nadie durmió.
Antes que saliera el sol, el vocero de la Junta Electoral Provincial (JEP), Carlos Amaya, dio a conocer un comunicado de prensa en donde el órgano de control detalló, entre otros inconvenientes, que la firma MSA, que contrató la logística electoral, reconoció que tuvo una falla técnica en la página web en algunas categorías electorales, por lo cual se dejó de actualizar a la 1 y que esta situación persistió durante 55 minutos. También se indicó que “en razón de erróneas confecciones de planillas de parte de autoridades de mesa o la falta de datos en ellas, se tomó la decisión de que más de 350 urnas deberán ser examinadas en el escrutinio definitivo”. “El sistema de escaneo no pudo leer las planillas por esos errores”, aclaró Amaya. Y por lo tanto, “es decisión de esta Junta Electoral disponer la apertura de todas aquellas urnas que considere pertinente”.
Este lunes, desde la JEP se confirmó a Ámbito que, en rigor, son 432 las mesas que quedaron sin escrutar y deberán serán contabilizadas en el recuento definitivo que arrancará este martes, a las 18, en 20 boxes, con la presencia de las autoridades. De ese total, 202 son mesas de San Miguel de Tucumán, justo en donde el conteo de MSA se detuvo. Es decir, la definición sobre quién se quedará con la intendencia de San Miguel de Tucumán dependerá de esas urnas porque son apenas 2.000 los votos entre Chahla y Ávila. Un cierre para el infarto, se augura.
El resto de las mesas a abrir en el escrutinio definitivo son de Alderetes, cuatro; 29 de escuelas del municipio de Banda del Río Salí y las restantes son de cerca de 50 pequeñas ciudades del interior de la provincia. Se explicó desde la Junta que, en todos los casos, las urnas se abrirán para extraer las actas firmadas por los presidentes de mesa. Estas serán cotejadas con las planillas de los fiscales. Y únicamente para el caso de que se detecten diferencias en lo consignado en las planillas, la JEP podría disponer que se haga un conteo voto a voto.