No es novedad. Sucede en cada año electoral. El promedio de actividad en la Legislatura baja de manera considerable. Sin embargo, en este 2023 se podría dar un récord desde el retorno de la democracia.
Sucede que, más allá de la apertura de sesiones en la que se recibió el discurso del gobernador Axel Kicillof, y el homenaje a los desaparecidos que suele realizarse siempre cerca del 24 de marzo, tanto la Cámara baja como la alta sólo sesionaron una vez.
Se trata de un pacto tácito entre ambos frentes mayoritarios que se da en sendos recintos con el fin de que los diputados y senadores que representan a las ocho secciones electorales en las que se divide la Provincia, puedan desarrollar la campaña rumbo a las elecciones en el territorio.
Sin embargo, Unión por la Patria hoy cuenta con una complicación especial. No posee el quorum necesario para poder realizar el pedido de sesión. El oficialismo provincial tiene 42 bancas a favor sobre 92 en la Cámara baja y podría sumar dos más desde bloques aliados por lo que quedaría en 44, tres menos que las necesarias para poder actuar. Algo similar pasa en el Senado, donde el peronismo agrupa la mitad de las bancas, misma cantidad para Juntos.
Ahora, la orden llegó desde arriba. Durante un acto en Avellaneda, Kicillof le pidió a la oposición que vote los pliegos de magistrados que se encuentran frenados desde junio con el fin de que se designen jueces que pueda impartir justicia”.
En junio pasado, el gobernador sumó 11 pliegos más a los ya enviados con anterioridad para cubrir vacantes en los juzgados de Jueces de Paz de los departamentos judiciales de La Plata, Necochea, Zárate-Campana, Trenque Lauquen, Morón, Bahía Blanca y Mercedes.
Cabe recordar que el pasado 15 de junio se intentó debatir el proyecto del ejecutivo bonaerense; sin embargo, la oposición no se puso de acuerdo y se complicó el funcionamiento de la Cámara por lo que se suspendió la sesión.
“Hemos enviado más de 100 pliegos a la Legislatura bonaerense. Debatan y voten a los que quieran, pero los necesitamos”, señaló el mandatario provincial. Y dejó expuesta el parate: “Por más que sea período electoral, es un ratito, y resolvemos un problema para quienes lo necesitan”.
Miradas
“Hay un doble problema: estructural e institucional. Esto se agrava por las PASO y las elecciones provinciales. El calendario electoral empieza en marzo y termina en noviembre y esto hace que uno de cada dos años se sesione poco”, sostiene el diputado libertario, Guillermo Castello, en diálogo con Ámbito.
Y agrega: “Debería separarse la política agonal de la política arquitectónica. Todo es agonal. Para los frentes más tradicionales es más importante la lucha por el poder que la construcción y la gestión. Tuvimos muy pocas sesiones lamentablemente y de esta manera no se pueden resolver los problemas de los bonaerenses”.
Cabe recordar que en 2019, la Legislatura bonaerense estuvo siete meses sin sesionar. Algo que, ahora, una cifra que ahora podría ser superada en caso de que ambas cámaras sigan paradas en pleno proceso electoral.