El Tribunal Electoral Provincial (TEP) de Córdoba activó ayer el escrutinio definitivo de la reñida y tensa elección a gobernador del pasado domingo para dirimir la sucesión de Juan Schiaretti.

Se trata de un paso obligado, pero más clave que nunca. Allí el intendente peronista Martín Llaryora (Hacemos Unidos por Córdoba) busca ratificar e incluso ampliar el resultado del recuento provisorio, que lo mostró 3 puntos arriba del candidato de Juntos por el Cambio, Luis Juez, en medio de cruces por las fallas técnicas en el conteo que dilataron su cierre hasta las 6.20 del lunes.

Tras duros cuestionamientos y el reclamo de apertura de urnas, ayer Juez se sinceró. “Ya está, no tengo esperanza de revertirlas y seguramente me verán la semana que viene saludando a Llaryora, una vez que la Justicia haga lo que corresponda”, dijo, en diálogo con Radio La Red.

El escrutinio definitivo se desarrollará de lunes a sábado, entre las 9 y las 18, en el Salón de los Pasos Perdidos del edificio de Tribunales II, en la capital provincial.

Se estima que el proceso se extenderá por cerca de 10 días. Recién cuando concluya habrá en los hechos un gobernador oficialmente electo.

Para llevar a cabo esta tarea, el tribunal -integrado por los magistrados Marta Vidal, Jorge Namur y Leonardo González Zamar- dispuso que se conformen 10 mesas de validación y una mesa de incidencia.

“Para dar mayor transparencia decidimos por decreto que el escrutinio se va a hacer sobre las actas que están firmadas por los autoridades de mesa y por los fiscales partidarios, y eso ha sido aceptado por los dos partidos mayoritarios”, dijo Namur a Cadena 3. Ello implica no utilizar las actas escaneadas en el marco de un fallido debut del sistema Turing de carga y transmisión de datos.

“Las actas originales serán cotejadas con las que tengan los representantes de las agrupaciones políticas para su aprobación; cuando no se cuente con acta original, se abrirá la urna”, definió el Tribunal.

El escrutinio inicial activado el domingo quedó teñido por la polémica, a partir de fallas técnicas en el tramo final del proceso que se volvieron ruidosamente visibles, dada la escasa brecha que separaba a ambos postulantes. Cerca de la 1 Juez anunció la decisión de esperar el recuento final para tener certeza sobre “cada voto”, mientras que una hora después Llaryora se adjudicó el triunfo.

El martes el senador nacional redobló la apuesta y pidió abrir urnas y leer actas, mientras que JxC impugnó el escrutinio provisorio.

En la otra vereda, Hacemos Unidos por Córdoba mostró un escrutinio “propio” -al conteo oficial, que se clavó en el 94,90% de las mesas, le sumó otras 417 actas firmadas por los presidentes de mesa y no incorporadas aún- que confirman, remarcaron, un triunfo “de más de tres puntos”, incluso superior al del escrutinio provisorio (que le dio un 42,76% a Llayrora y un 39,76% a Juez).

En este discutido marco, ayer la presidenta del TEP, Marta Vidal, apuntó a la empresa Ocasa, encargada de la logística y carga de datos del escrutinio provisorio.

“Es para mí un poco la crónica de una muerte anunciada porque yo advertí desde un principio que era una empresa que nunca ha hecho elecciones y es muy difícil después, a pesar de que hemos puesto el apoyo de todo el equipo”, sostuvo, en diálogo con Cba24n. Ocasa -afirmó- fue contratada luego de que Correo Argentino ofertara por un monto superior y Andreani se bajara de la oferta.

No obstante, Vidal defendió el uso del sistema Turing, aunque “bien operado y con buena conectividad”. “Es un procedimiento que lo hemos visto funcionando, quizá en un lugar chico como en Marcos Juárez, que anduvo maravillosamente y ahí nos quedamos enamorados”, dijo a Cadena 3.

El domingo la empresa atribuyó las demoras a “principalmente los problemas de conectividad en diversas escuelas de la provincia”.