Uno de los debates centrales del escenario económico por estás horas pasa en torno a la sostenibilidad de la estrategia cambiaria del Gobierno. Desde el sector exportador señalan que es necesario un ajuste de cara a la liquidación de la cosecha gruesa. En los mercados miran de reojo al crawling peg del 2% mensual. Mientras tanto, el Banco Central muestra limitaciones a la hora de acumular reservas netas y el déficit de la cuenta de servicios que se había acotado fuerte en diciembre, volvió a expandirse durante el mes de febrero. El presidente Javier Milei y el ministro Luis Caputo se plantan en que no habrá devaluación
Los datos del balance cambiario del BCRA son contundentes. El déficit de la cuenta de servicios se redujo sensiblemente a partir de la devaluación de diciembre pasado. A modo de ejemplo, el resultado de octubre de 2023 fue negativo en u$s 753 millones y el rojo de noviembre alcanzó los u$s 678 millones. Luego del salto cambiario, ese mismo indicador quedó casi en equilibrio.
Para el último mes del año pasado, el déficit de la cuenta de servicios fue de solo u$s 20 millones. El rojo más bajo de todo el 2023. Enero del 2024 no solo confirmó la tendencia, sino que, a pesar de la estacionalidad, cerró con un superávit de u$s 84 millones en el mismo indicador que un año atrás había arrojado un rojo de u$s 725 millones.
Pese a que no fue trasladada por completo al dólar turista, por los cambios impositivos en la cotización de ese tipo de cambio, la devaluación hizo su efecto en diciembre y enero. Pero luego el crawling peg al ritmo del 2% mensual, no acompañó ni de cerca la inflación, que fue superior al 25% en diciembre, al 20% en enero y que corrió a un ritmo del 13,2% en febrero.
Justamente en el segundo mes del año, la cuenta de servicios se dio vuelta una vez más y marcó un déficit de u$s 232 millones, una cifra más cercana a la de los meses en que el BCRA sacrificaba reservas en cada rueda del mercado de cambios. El economista Martín Tetaz consideró que “el dólar tarjeta es uno de los que responde más rápido a las modificaciones en el tipo de cambio”.
Sobre este punto, explicó: “En diciembre quedó en $1.300, desde ese momento hasta ahora aumentó sólo un 8% a cerca de $1.400, mientras que la inflación acumulada es de más del 70%. En términos reales ese tipo de cambio vale casi la mitad de lo que valía hace tres meses. Esa es la explicación de porque se volvió a disparar el déficit”.
La cuenta de servicios es un indicador más de un clima de “incertidumbre cambiaria” quealgunos operadores empiezan a percibir en el mercado. Sobre todo, teniendo en cuenta que se viene la liquidación de la cosecha gruesa y los exportadores vienen advirtiendo por dificultades en el sector: tipo de cambio atrasado frente a la inflación, baja en los precios internacionales, alza costos clave como fertilizantes y la expectativa por una apertura del cepo que se prometió pero todavía no se concretó.
Martín Tetaz señaló que más tarde o más temprano el Gobierno tendrá que hacer una unificación y que eso implica una corrección porque “nunca en la historia una unificación fue a la punta baja del tipo de cambio” y cerró: “vos no podés tener un tipo de cambio que corre al 2% y una inflación que corre al 10%, 12% o 14%. Eso no es sostenible en el tiempo, lo sabe el Gobierno, lo sabe todo el mundo. O aceleran la tasa de devaluación, o en algún momento el atraso acumulado termina en una devaluación más fuerte”.
Por ahora, tanto el presidente Javier Milei, como el ministro de Economía Luis Caputo se plantan: «no habrá otra devaluación», repiten en cada reunión con empresarios de la que participan. Señales para intentar ordenar las expectativas ante una pulseada con los sectores exportadores que recién comienza.