Por el contrario, en el Ministerio de Economía están convencidos de que la expansión estará por encima del 2% que marca el presupuesto. Apuestan a que será incluso superior al 5%. Pero para que esto suceda, las industrias deberán contar con los dólares necesarios para importar los insumos y bienes intermedios, indispensables para no frenar la producción, resentir el empleo, el consumo ni la actividad.

“Nos estamos sentando para planificar las necesidades, como hicimos por ejemplo con la industria automotriz”, explicó un funcionario del equipo económico que participa de esas conversaciones a Ámbito. En ese sentido, detalló: “La idea es que los industriales tengan previsibilidad. Les garantizamos todo lo que importaron para producir el año pasado y les ponemos un 5% o un 10% adicional”.

Massa, en referencia a las empresas que participan de Precios Justos, sostuvo en una entrevista reciente: “Les planteamos que de la producción de 2022, calculen un 6% o 7% de crecimiento en oferta de bienes. Hasta ahí estamos dispuestos a ayudarlos desde el Banco Central con la provisión de insumos o bienes intermedios necesarios”.

El inconveniente que surge es que los precios en dólares de los insumos también se vienen incrementando por efecto de la inflación global. Por lo que el funcionario consultado por este medio sostuvo que “hay que revisar caso por caso”. De todas formas, está claro que para alcanzar un crecimiento del 5%, con alza de precios a nivel global, las importaciones deberán expandirse más del 2% previsto en el presupuesto.

La pregunta que surge es de dónde saldrán las divisas para sostener la actividad. Un primer indicio lo dio este domingo el presidente del Banco Central de la República Argentina, Miguel Pesce, quién anunció que se activará un tramo 35 mil millones de yuanes (unos u$s 2.700 millones) del swap con China para compensar operaciones del mercado cambiario.

Al mismo tiempo, la Cancillería apunta a que, tras marcar un récord histórico en 2022, las exportaciones vuelvan a acelerarse este año y superen los u$s 105.000 millones. Pese a los efectos de la sequía, cuyas consecuencias concretas en el plano comercial todavía no se conocen, la agroindustria volvería a estar por encima del promedio histórico y otros sectores como los servicios basados en el conocimiento podrían evidenciar un despegue.

Un tercer factor, pero no menos importante, es la vuelta de Lula Da Silva al poder en Brasil. El flamante mandatario del principal socio comercial de Argentina visitará Buenos Aires entre el 23 y 25 de enero. En ese marco, se esperan anuncios de relevancia para reforzar el frente financiero y cambiario. Podrían ir desde una moneda común para comerciar sin pasar por el dólar, un swap de monedas similar al que rige con China y una cesión de Derechos Especiales de Giro.

En cualquier caso, habrá que tomar en cuenta lo que una inmejorable fuente de la Casa Rosada le dijo a este medio: “Brasil nos va a ayudar. Y mucho”.

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