Hay, a priori, un cambio de paradigma respecto a la situación actual. Es que tras el consenso fiscal de 2017 y las partidas adicionales negociadas por los mandatarios con la Casa Rosada, mientras Nación no puede salir de los desajustes económicos, las provincias cierran con superávit. Distintas concesiones hicieron que los gobernadores llegaran más tranquilos a fin de mes que los distintos presidentes.

Si bien el escenario es de incertidumbre, como ocurre con otros tantos aspectos de la futura gestión de Javier Milei, hay señales de alarma que pueden indicar el fin de la bonanza en las arcas de los estados subnacionales. Dicho por el propio presidente electo: el recorte en la obra pública y de los giros discrecionales aparecen en el menú. A ello se suma una gesta más complicada, con pocas chances de éxito en el Congreso Nacional, como el fin del sistema de coparticipación federal.

Aún si ninguna de esas cuestiones sucediera, las últimas medidas de Sergio Massa dejaron a los gobernadores en un tembladeral que ya se sintió en noviembre. Los cambios en IVA y Ganancias, dos tributos coparticipables, fueron un manotazo a las cuentas provinciales, y en noviembre los envíos por coparticipación cayeron un 12,4%. Si bien el ministro de Economía y excandidato, en retirada, compensó con un desembolso único a los mandatarios, éstos buscan una retribución permanente con la coparticipación del impuesto al cheque, que deberá tratar el nuevo Congreso. La otra carta será la judicialización.

En ese marco, el clima de época de tijeras también llegó a las provincias.

Poda

Acaso por ser el primero en asumir, el tucumano Osvaldo Jaldo se adelantó al resto. Tras reemplazar en octubre a Juan Manzur, Jaldo metió mano en el Presupuesto 2024 y le quitó $220.000 millones. Una reducción cercana al 13%. Es decir, el cálculo de erogaciones del Estado provincial para el año que viene ascendería a $1,6 billones.

El ajuste incluyó la eliminación de 50 de los 248 cargos políticos de la gestión Manzur. Entrelíneas asoma un posible resurgimiento de la interna del PJ provincial que ambos protagonizaron hasta 2021, y que parecía haberse resuelto en tiempos de Manzur como jefe de Gabinete. Una muestra de austeridad que también retomó la intendenta capitalina Rosana Chahla, del PJ, no sin conflictos.

En las filas del peronismo, también el riojano Ricardo Quintela analiza reconducir el Presupuesto 2023 si Nación hace lo mismo (en caso de que Milei no logre los votos para aprobar su pauta de gastos en su primera batalla legislativa). El gobernador tiene un problema adicional: la provincia recibe vía ATN el punto de coparticipación perdido en los ochenta, y negocia cada año el monto equivalente en la Casa Rosada. Massa lo había calculado en $94.000 millones para 2024. El K.O. es una opción cierta, y la salvación podría ser el vínculo de la administración riojana con Martín Menem.

En Juntos por el Cambio también van por la tijera. Ayer, por caso, se aprobó el Presupuesto de Jujuy, el primero de la administración Carlos Sadir -reemplazante de Gerardo Morales-, por $889.000 mil millones. Hubo aumentos nominales en todas las áreas por debajo de la inflación, excepto en seguridad. Y el 70% del monto será para salarios, con poco margen para la inversión. La ley se discutió con apuro para que sea tratada por la Legislatura que se va, antes de la renovación.

Asimismo, el entrerriano Rogelio Frigerio anticipó que avanzará en un “recorte histórico” en la política y que reducirá los cargos provinciales a la mitad. Mientras que Alfredo Cornejo, quien el domingo retornará al Ejecutivo de Mendoza, presentó un proyecto de reestructuración del gobierno provincial para “que la gestión de estos próximos cuatro años avance sobre las bases austeras”.

En los provincialismos, el neuquino Rolando Figueroa, que reemplazará a Omar Gutiérrez del MPN, hará caer todas las secretarías de Estado.

En el cambio de gestión que también se dará en las provincias habrá más pistas de la poda en los gastos. Por un lado, con los presupuestos que lleguen a las legislaturas (muchos a la espera de definiciones macro nacionales). En otros casos, habrá señales también el domingo, cuando los gobernadores den sus discursos en los actos de asunción y detallen sus planes de achicamiento.